- Lo que yo era antes no era bueno para mí. Pero de ese no-bueno yo había organizado lo mejor: la esperanza.
- Perder significa ir hallando y no saber qué hacer con lo que se va descubriendo.
- Soy la vestal de un secreto que no sé ya cuál fue. Y sirvo al peligro olvidado.
- Dar la mano a alguien ha sido siempre lo que esperé de la alegría.
- Crear no es imaginación, es correr el gran riesgo de acceder a la realidad.
-
Voy a vencer mis últimos temores ante el mal gusto, voy a comenzar mi
ejercicio de valentía, vivir no es valentía, la valentía es saber que se
vive.
- ¿O no sentir vanidad es la peor forma de envanecerse.
- Mi pregunta, si la tenía, no era: 'quién soy', sino "entre quiénes soy”.
-
Y no olvidar, al comenzar el trabajo, el estar preparada para
equivocarme. No olvidar que el error muchas veces se había convertido en
mi camino. Siempre que no resultaba cierto lo que pensaba o sentía,
entonces se producía una brecha y, si antes hubiese tenido valor, ya
habría entrado por ella. Mas siempre sentí miedo del delirio y del
error. Mi error, no obstante, debía de ser el camino de una verdad, pues
únicamente cuando me equivoco salgo de lo que conozco y entiendo. Si la
'verdad' fuese aquello que puedo entender, terminaría siendo tan sólo una verdad pequeña, de mi tamaño.
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