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domingo, 14 de octubre de 2012

Cuando el Rey y el Príncipe marcan en propia puerta...

Opinión del Mundo ... http://quiosco.elmundo.orbyt.es/ModoTexto/paginaNoticia.aspx?id=11217819&tipo=1&sec=El%20Mundo&fecha=13_10_2012&pla=pla_11014_Madrid

EL REPROCHE del Rey a Rajoy que ayer mostraron las cámaras de televisión al final del desfile militar del 12 de Octubre es un doble error muy grave del Monarca. Primero por producirse en público, lo que ha hecho que se visualice que hay tensiones entre el Jefe del Estado y el presidente del Gobierno en un momento especialmente delicado para España. Pero también por cuanto el enfado de Don Juan Carlos tiene que ver con la respuesta política a la escalada secesionista en Cataluña, lo cual debilita al Ejecutivo.
Las cámaras captaron a Don Juan Carlos hablando de «españolizar catalanes», la polémica frase del ministro Wert. Cinco horas y media después de los hechos, la Casa del Rey desmintió que el Monarca estuviera censurando al ministro de Educación. Pero es evidente que hablaba de ese episodio y no precisamente para felicitar a Rajoy. Al margen de que la frase de Wert fuera más o menos precisa, refleja el propósito del Gobierno de intentar que aspectos clave de la Constitución -como son los derechos a la enseñanza en español- no sean papel mojado en Cataluña.
El enfado del Monarca es además contradictorio, por cuanto aún no hace ni un mes de su carta publicada en la web de la Casa Real en la que, con buen criterio, criticaba a quienes pretenden «dividir fuerzas, alentar disensiones» y «perseguir quimeras», en lo que todos vieron un reproche a Mas.
Lo último que debería ocurrir a estas alturas es que el Jefe del Estado no respaldara a un Gobierno en su defensa de los derechos constitucionales. Y las imágenes que ayer publicamos del adoctrinamiento al que se somete a niños de 10 años en colegios de Cataluña indican que el Ejecutivo hace bien en dar esa batalla.
Pero si el Rey estuvo desafortunado, otro tanto se puede decir del Príncipe. Don Felipe dijo que Cataluña «no es un problema» al tiempo que pedía responsabilidad a «unos y otros». Resulta desconcertante que sitúe en un mismo plano a quienes defienden la Constitución y a quienes tratan de destruir el Estado, incluida la propia institución monárquica.
La jornada de ayer quedará como uno de los días más desafortunados para la Casa Real. En la celebración de la Fiesta Nacional ha creado desconcierto entre los ciudadanos. Los más satisfechos serán, sin duda, los nacionalistas catalanes, que siempre han visto en la capacidad unitaria de la Monarquía uno de los principales escollos para sus pretensiones secesionistas. Ayer, el Rey y el Príncipe chutaron contra su propia portería. Así de triste.

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