La candidatura llega al sprint final convencida de que el triunfo
está más cerca que nunca, aunque hay intangibles que pueden hacer
tambalearse el sueño olímpico que arrancó hace una década.
Señor dios, señor dios, no nos lo concedas, ten piedad.
Señor dios, señor dios, no nos lo concedas, ten piedad.
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