Me duele desvelar la razón de este cruel encierro, mas no es otra que la escasa aplicación del quinceañero Borbón a los estudios. Froilán ya ha repetido un curso de la ESO y, como no espabile, jamás va a llegar a ser como Napoleón, como su tío El Preparao, o como Pablo Iglesias.
En ascuas está el pueblo español ante la perspectiva, no tan irreal, de
llegar a coronar a un rey que no tiene ni la ESO. Qué deslustre para la
inmarcesible marca España.
Decir,
en descargo del chaval, que no tuvo una infancia fácil ni exenta de
tribulaciones. Superando a los más desventurados huérfanos de Dickens, Froilán nació hijo, sobrino y nieto de familias desestructuradas o algo excéntricas. Su padre vestía como Beau Brummel
y montaba en patinete. Su madre lo abandonaba con la excusa de
inaugurar hospitales baratos para los pobres. Su abuelo asesinaba a los
más bellos elefantes, la abuela no paraba de tararear a Baremboim,
y los tiítos deambulaban constantemente por los tinglados de corrupción
de los telediarios. Al final, como todo el mundo sabe, el pobre Froilán
se pegó un tiro en el pie. Yo hubiera hecho lo mismo. Vaya familia.
¿Cómo no va a cargar todo?
Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón
es, como tantos otros menores, cuarto en la línea de sucesión al trono
español y víctima de unas circunstancias familiares muy escabrosas. Yo
propongo rescatarlo de su extraña familia y de sus eximios e
incompetentes profesores, y mandarlo a estudiar a la pública. Veréis,
altezas del pueblo, cómo mejora.
Digo
esto así, demagogeando, porque el fracaso escolar de Froilán me parece
sólida evidencia de que la enseñanza privada es peor y más cara que la
pública. Si los profesores privados más doctos y caros de España no son
capaces de educar a un futuro rey de quince años, quizás haya que
replantearse la eficacia de la enseñanza privada en general, dejar de
subvencionarla con lo público, y arrebatar de las ignaras
fauces sacerdotales a los pequeños estudiantes hijosdalgo.
Porque,
analizando los últimos sucesos, uno propende a pensar que la educación
borbónica y eclesial que están recibiendo niños desvalidos como Froilán
puede resumirse en una sola frase de Maquiavelo: “Si la
fuerza principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os
parece más útil y conveniente para la conservación de vuestra dignidad
está corrompida, debéis reírle las gracias y disculparla. La honradez y
la virtud, en estos casos, son perniciosas”.
El pobre chaval se ha convertido en otro problema de Estado. En
Palacio están que trinan. En plena vorágine de la abdicación, la
coronación, las manifestaciones, los votos republicanos, las cargas
policiales, la visita al Papa, y lo de la Cristinita, va el gandul de Froilán y carga todo. Si es que, de un tiempo a esta parte, todo es desgracia en Borbonia.
A pesar de sus cuitas, yo creo que Froilán es hoy el único Borbón del
que no desconfían, y al que más aprecian, los españoles. A golpe de trending topic, se ha ido forjando un carisma que seduce incluso a los republicanos y a los anarquistas. Sobre todo a los anarquistas.
En resumen, que parece hasta un chaval normal, y los españoles
estamos consintiendo que lo corrompan entre ritos católico-castrenses y
armas de fuego que no traen más que desgracias, como la del pie. Yo creo
que la Marea Verde debería movilizarse por una educación pública,
gratuita y digna para Froilán de Todos los Santos. Cada día se la merece
más, el chaval. A pesar de las notas.
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