Somos esclavos de nuestras palabras...

 RAE...

red.

(Del lat. rete).

1. f. Aparejo hecho con hilos, cuerdas o alambres trabados en forma de mallas, y convenientemente dispuesto para pescar, cazar, cercar, sujetar, etc.

Hay que tener mucho cuidado con las redes porque te pueden atrapar.  
Siempre hay un espabilado esperando, al acecho, que  puede darte un ZÁS en toda la boca.

 A diario los medios de comunicación nos hablan de las meteduras de pata que muchos famosos, políticos, periodistas... cometen en las redes sociales. En un arrebato dicen, en unos segundos están en boca de todos y en unas horas llega el arrepentimiento, real o no, que obliga a pedir disculpas para que sus palabras no tengan consecuencias negativas en sus carreras.

 

  ¿Cuantas veces hemos leído que hay que tener cuidado con las redes sociales? 

 Este aviso lo hemos recibido TODOS  los que las utilizamos y desde hace años.

 CUIDADO con lo que dices, con lo que pones y sobre todo con quién lo compartes. Si muestras quién y cómo eres. Si dices dónde vives, dónde te educaste, quién es tu familia, dónde trabajas o estudias, cuáles son tus gustos...PUBLICAMENTE, 
 
estás dejando un rastro, unas pistas que un tercero  para el que tú no eres nadie y que puede utilizar sin piedad. Puedes tener problemas para  un futuro contrato laboral, una relación,  una extorsión, bullyng, acoso. Si eres conocido estate atento, pueden robarte el perfil y tu identidad.

Y mucho cuidado con lo que dices. Una palabra al aire se la lleva el viento pero lo escrito,

 escrito está y somos esclavos de nuestras palabras, de nuestras acciones.

Pablo Soto y Guillermo Zapata llevan 

toda la vida en esto y saben de esto. 

En política los errores se pagan SÍ o SÍ con la dimisión.

Y la coherencia tenía que haber dejado 

sobre la mesa de Carmena dos autodimisiones 

este fin de semana.

Dejar el marrón a tu jefe no tiene nombre.

 

Después, los análisis, las explicaciones, los contextos, los perdones, los años pasados y los pecados de juventud... pero en la vida nuestros actos nos pasan factura y hay que asumirlo.

Por cierto, aparquemos definitivamente el y tú más y sepamos de una vez que Aguirre no perdona.

Dicho esto, repasemos las redes sociales de otros políticos y los que hayan cometido errores, exijamos la inmediata dimisión de los mismos.

No es por venganza, es por justicia.