Que mal lo tiene que estar pasando quién ha escrito esto... en fin... ¿se impondrá la cordura?
Te tenía que dar vergüenza decir que la Sanidad va a seguir siendo
universal, cuando dejasteis fuera a muchos inmigrantes, aun después de
haber cotizado muchos años a la Seguridad Social y de haber perdido el
trabajo por culpa de la crisis que creó la ideología que tú defiendes y
representas.
Te tenía que dar vergüenza decir que la Sanidad va a seguir siendo
gratuita, cuando la pagamos con los impuestos que nos quitan de las
nóminas y cuando además ahora hay que pagar doblemente por servicios y
conceptos por los que antes no se pagaba.
Te tenía que dar vergüenza hacer pagar al mes 8 euros por medicinas a
ancianos prácticamente vagabundos. Te tenía que dar vergüenza decir que
vas a hacer pagar un euro por receta para disuadir, porque se abusa. Ya
me dirás tú qué es lo que se abusa de la Digoxina, o del Enalapril, o
del Tamoxifeno o de la Risperidona. O qué efecto disuasorio va a tener
esa medida, salvo un efecto mortuorio.
Te tenía que dar vergüenza decir que la Sanidad va a seguir siendo de la
máxima calidad, cuando tienes a los pacientes agolpados en las salas de
espera de los Centros de Salud, porque has impuesto una agenda en la
que se citan cada cinco minutos para ahorrarte personal.
Te tenía que dar vergüenza defender la calidad del servicio cuando con
tus directrices estás provocando que los pacientes se atiendan en ese
tiempo como los animales. Te tenía que dar vergüenza que un médico tenga
que ver de mala manera a un paciente por tus imposiciones de yuppie.
Te tenía que dar la misma vergüenza que me da a mí cuando bajo a toda
prisa a las 21.30 de la noche de un viernes y me topo con la mirada de
la administrativa, que me está esperando para cerrar el Centro, y le
digo que lo siento de veras por tardar, pero que no puedo ver a 50
pacientes que no conozco de nada en una tarde sin pasarme del horario.
Te tenía que dar vergüenza que un médico de familia no se pueda levantar
ni a mear en una tarde entera de consulta. Que no pueda tener más de
1500 pacientes a su cargo y le estés metiendo 1800 en los cupos. Que
tengas a médicos de familia haciéndose pasar por pediatras en los
Centros de Salud por una medida electoral absurda, mientras se conservan
los 4 meses de formación del médico de familia en Pediatría.
Te tenía que dar vergüenza presentar el Área Única y la libre elección
como un señuelo de libertad y un derecho para el paciente, demostrando
que no tienes ni idea de Salud Pública ni de Salud Comunitaria.
Te tenía que dar vergüenza que un médico esté cobrando en un Centro de
Atención a Drogodependientes 1600 euros al mes después de que los
repartieras entre empresas privadas.
Te tenía que dar vergüenza tener a una gran parte de la plantilla de
sanitarios con contratos eventuales. A una señora de 50 años, madre de
dos hijos, con contratos renovables cada 6 meses.
Te tenía que dar vergüenza tener a médicos especialistas en formación siendo el sustento real del sistema sanitario.
Te tenía que dar vergüenza tener a una plantilla de médicos de familia
jóvenes, con ganas, con contratos de días, de lado a lado,
escamoteándoles todos los fines de semana. Sin derecho a cobrar un
trienio como cualquier otro trabajador de la función pública. Y
permitiendo el nombramiento a dedo.
Te tenía que dar vergüenza por tener a los más listos de la clase
yéndose de este país que tanto dices amar, por dedicar el dinero a
corruptelas y chanchullos.
Te tenía que dar vergüenza decir que se gasta mucho en Sanidad y que hay
que ahorrar cuando la Comunidad de Madrid es de las siete Comunidades
Autónomas que menos dinero destina a Sanidad de toda España.
Te tenía que dar vergüenza decir en el programa electoral de tu partido
que «promoveremos el respeto hacia la profesión sanitaria» para
defendernos de hipotéticas faltas de respeto de los pacientes, con el
ninguneo y la humillación a la que nos habéis sometido en estos últimos
años y en especial en estas últimas semanas.
Te tenía que dar vergüenza presentarte como el garante de la Sanidad
Pública cuando llevas 9 años intentando repartirla entre empresas
privadas. Cuando le presupuestas mucho más porcentaje de dinero a los
hospitales de gestión privada o con participación privada que a los
públicos, aunque éstos últimos atiendan a mucha más población,
enfermedades mucho más complejas y pacientes mucho más mayores y por
ende, mucho más enfermos.
Te tenía que dar vergüenza decir que los profesionales son grandes
profesionales cuando estás ahogando toda posibilidad de formación e
investigación, cargándoles el 100% de su tiempo con actividad
asistencial a matacaballo.
Te tenía que dar vergüenza presentar el cuidado de unas condiciones
mínimas de salubridad laboral de los profesionales como un privilegio de
una casta y no como un requisito básico para que los pacientes puedan
ser correctamente atendidos.
Pero sobre todo, te tenía que dar vergüenza que después de 9 años
destrozando la Sanidad Pública ahora te vengas haciendo el orejas y que
parezca que la película no va contigo. Que digas: si conseguís ahorrar
vale, y si no, privatizo la gestión. No es nuestra obligación, sino tu
obligación. Presentas la Sanidad Pública como nuestra cuando te
conviene. También lo podías haber hecho todos estos años, cuando no nos
escuchaste. También estas tres semanas, cuando nos ignoraste e incluso
humillaste. Te escondes de la responsabilidad pero a la vez la ejerces
para quitarnos lo que es nuestro.
Te tenía que dar vergüenza presentar la satisfacción y la opinión de los
pacientes (que son capaces de evaluar lo que ven, pero no lo que no
ven) como un aval, y desdeñar la opinión de los profesionales que
sabemos bien lo que implica una gestión privada de la atención
sanitaria.
Te tenía que dar vergüenza decir que tienes estudios que avalan tu Plan y
aunque ya los has ofrecido varias veces, a estas alturas no los hemos
visto todavía.
Te tenía que dar vergüenza regodearte de las bondades de un sistema
sanitario que lleva aguantando muchos años pese a tus embestidas y tus
desmanes, debido a la total entrega de los profesionales. Nosotros no
somos el problema. El problema eres tú.
Pero querido amigo, por si no te ha quedado claro en estas semanas, la
Sanidad Pública no es tuya. Es más. Es nuestra. Y lo es no porque lo sea
de forma natural, sino porque nos hemos tenido que adueñar de ella para
defenderla de tu maniobra destructora. Somos la única oportunidad de
defensa que le queda. Y vamos a ejercerla con uñas y dientes, te aviso,
hasta las últimas consecuencias.
No somos analfabetos. Hemos leído, visto, viajado y estudiado. Sabemos
en qué consiste el liberalismo y no nos tragamos tus cuentos de la
insostenibilidad y tus informes (que hasta a tí mismo te salen por la
culata). Conocemos bien la historia de la Inglaterra de Margaret
Thatcher, y la de América Latina. Sabemos de Chile, Brasil, Argentina y
Ecuador. Sabemos algo de gestión sanitaria y sobre todo sabemos quiénes
saben, sabemos a quién leer y de quién fiarnos. Conocemos muy bien la
historia de España. Nos sabemos al dedillo el capítulo de la lucha de
clases. No vemos esta guerra como una batalla individual, sino que
sabemos del contexto. Y precisamente, cuando tú aduces que hay que
llevar a cabo este Plan debido a la crisis, nosotros sabemos que
precisamente por tratarse de una crisis que han creado tipos como tú,
hay que defender la Sanidad Pública a degüello.
Conocemos perfectamente a Naomi Klein y La doctrina del shock.
Te tenía que dar vergüenza, pero no te la da porque no tienes ningún
escrúpulo y menos ninguna credibilidad. No eres nadie para destruir un
sistema que ha costado muchísimo esfuerzo y mucha sangre crear.
No te lo vamos a permitir.
No te vamos a permitir una negociación de mentira, como todas las que te
llevamos soportadas. Como el bulo de La Princesa, el último. No te
creas que vas a decir que lo que se te propone no lo consideras y que
sigues adelante y que nos vamos a quedar así, tal cual.
Te tenía que dar vergüenza, pero no te la da porque no la tienes.
Sinvergüenza.
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