UNA FURTIVA LÁGRIMA...
de la ópera L'elisir d'amore
de Donizetti
cantada por Enrico Caruso.
Realizado por Carlo Vogele
Libreto original (italiano)
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Traducción al castellano
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Una furtiva lagrima negli occhi suoi spuntò: Quelle festose giovani invidiar sembrò. Che più cercando io vò? Che più cercando io vò? M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo. Un solo istante i palpiti del suo bel cor sentir! I miei sospir, confondere per poco a' suoi sospir! I palpiti, i palpiti sentir, confondere i miei coi suoi sospir... Cielo! Si può morir! Di più non chiedo, non chiedo. Ah, cielo! Si può, Si può morir Di più non chiedo, non chiedo. Si può morir, Si può morir d'amor. |
Una furtiva lágrima De los ojos suyos brotó, Aquellas alegres jóvenes ella envidiar pareció. ¿Qué más voy a buscar yo? ¿Qué más voy a buscar yo? Me ama, sí, me ama, lo veo, lo veo. ¡Un sólo instante el palpitar de su hermoso corazón sentir! Mis suspiros confundir casi con su suspirar. Sus pálpitos, sus pálpitos sentir, confundir nuestro suspirar... ¡Cielo! ¡se puede morir! Más yo no pido, no pido. ¡Ah Cielo! Sí puedo, sí puedo morir! Más yo no pido, no pido. Se puede morir, ¡Se puede morir de amor! |
Una furtiva lagrima es una romanza para tenor incluida en la ópera L'elisir d'amore, compuesta por Gaetano Donizetti en 1832.
Constituye el aria más célebre de la ópera, y la han interpretado a
través de los años tenores de la mas alta talla, como los maestros Plácido domingo, Enrico Caruso, Alfredo Sadel,Tito Schipa, Beniamino Gigli, Mario Lanza, Luciano Pavarotti, Rolando Villazón, José Carreras, Alfredo Kraus, Andrea Bocelli, Ramón Vargas, Jussi Björling y Juan Diego Flórez.
Una furtiva lagrima se canta durante la octava escena del
segundo acto. El ingenuo Nemorino ha comprado un supuesto elixir de amor
a un charlatán, el doctor Dulcamara, convencido de que al ingerirlo
podría conquistar el corazón de Adina, una bella y rica terrateniente,
pero el ardid parece no causar efecto, además porque el embaucador en
vez del supuesto elixir le vendió vino de Burdeos y Adina, por el
contrario, anuncia su compromiso con otro pretendiente, el sargento
Belcore. Desesperado y con el fin de conseguir dinero para adquirir otra
dosis del supuesto elixir, el enamorado se enlista como soldado en el
regimiento de su rival Belcore. Las muchachas de la villa se enteran de
que ha muerto un tío de Nemorino, dejándole una enorme fortuna, por lo
que todas empiezan a rodearlo y coquetearle, lo que el ingenuo campesino
interpreta como un efecto del elixir.
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