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miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL ESCONDITE... al italico modo

JUNTOS PERO NO REVUELTOS
EL ESCONDITE... al italico modo

Era un juego practicado preferentemente con buen tiempo y uno de los pocos en el que podian participar niño y niñas sin graves problemas.
El escondite comenzaba con el consabido sorteo para determinar quien la "pringaba", a no ser que existiera un voluntario al que le apteceriera "quedarse" y diciendo simplemente "esconderos que os cuento" asumía su papel de buscador. A continuación se fijaba
escondite
 un lugar de "meta" o "casa" que podia ser muy bien una farola o un banco y el perdedor debia contar con los ojos tapados hasta una cierta cifra ( naturalmente siempre se contaba menos de lo estipulado) para dar tiempo al resto de los participantes a esconderse. Una vez finalizada la cuenta gritaba: "Ronda, ronda, el que no se haya escondido que se esconda o si no que responda" y a continuación intentaba localizar a los escondidos para lo cual debia obligatoriamente alejarse de la meta una distancia prudencial; al identificar a cada uno de ellos gritaba su nombre y el lugar de

localización al mismo tiempo que corria para tocar con la mano el sitio designado como "casa". Si conseguia determinar la posición de alguno de ellos dejaba de ser el buscador y este vergonzoso puesto era ocupado por el primero de los localizados, el problema se presentaba cuando algun astuto contrincante, aprovechando los despistes del "pringao", conseguia llegar a la meta sin ser localizado y berreaba: "¡¡¡por mi y por mis compañeros, que soy el primero!!!"; de esta forma el muy puñetero se libraba él y todos los que habian sido localizados con anterioridad; como es lógico, si esta acción la realizaba el ultimo de los escondidos, salvaba a la totalidad y el perdedor debía reiniciar de nuevo todo el proceso.


Era normal que el que la pringaba intentara hacer trampa preguntando a los no participantes de los alrededores dónde se habian escondido los otros, pero si era descubierto debía atenerse a las consecuencias; una de ellas francamente sutil consistia en que uno o varios participantes, en lugar de esconderse, se largaban directamente a su casa o a otras importantes ocupaciones dejando al tramposo enfrascado en su busqueda durante tiempo indefinido.

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