Ángeles González Ferrer...
Era un juego que respondía a diferentes nombres según la región donde se practicara; algunos de ellos eran: "Rayuela", "El avión", "El Limbo", "El Castro", "El Truque", "El Chingo", etc, pero todos respondían al mismo tipo de actividad. Se dibujaba con tiza o greda sobre un suelo, a ser posible liso y duro, una serie de celdas unidas entre si con una zona inicial de salida donde se colocaba una piedra lisa. El jugador o jugadora que iniciaba el recorrido debía ir empujando dicha piedra con el pie a la "pata coja" y trasladándola a la casilla correspondiente; si se salía de la zona dibujada, si apoyaba el otro pie en el suelo o si no realizaba alguno de los movimientos previamente establecidos, perdía el turno y debía dejar su lugar al siguiente participante. Las zonas dibujadas diferian en el tamaño y número de casillas con lo que se regulaba el grado de dificultad del ejercicio.
Era un juego que respondía a diferentes nombres según la región donde se practicara; algunos de ellos eran: "Rayuela", "El avión", "El Limbo", "El Castro", "El Truque", "El Chingo", etc, pero todos respondían al mismo tipo de actividad. Se dibujaba con tiza o greda sobre un suelo, a ser posible liso y duro, una serie de celdas unidas entre si con una zona inicial de salida donde se colocaba una piedra lisa. El jugador o jugadora que iniciaba el recorrido debía ir empujando dicha piedra con el pie a la "pata coja" y trasladándola a la casilla correspondiente; si se salía de la zona dibujada, si apoyaba el otro pie en el suelo o si no realizaba alguno de los movimientos previamente establecidos, perdía el turno y debía dejar su lugar al siguiente participante. Las zonas dibujadas diferian en el tamaño y número de casillas con lo que se regulaba el grado de dificultad del ejercicio.
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