Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
MIÉRCOLES, 17 DE OCTUBRE DE 2012 13
Susan George
Presidenta de honor de ATTAC. Susan George, activista y
pensadora, preside la Asociación para la Tasación de las
Transacciones Financieras y la Ayuda a la Ciudadanía.
«Los españoles son
ratas de laboratorio:
a ver cuánto castigo
toleran sin rebelarse»
La filósofa avisa que «lo importante no es el coche oficial
de los políticos, sino que el Estado gobierne para el mercado»
PACO CERDÀ VALENCIA
Decir de Susan George que es
Decir de Susan George que es
una activista y pensadora es empe-
queñecer la figura de esta comba
tiva estadounidense de 78 años
afincada en Paris. Ejerce como pre
sidenta de honor de ATTAC, la Aso
ciación para la Tasación de las
Transacciones Financieras y la
Ayuda a la Ciudadanía. Y su ensa-
yo El Informe Lugano, en el que
imagina un terrorífico escenario
ecológico, económico, laboral y so-
cial hacia el que abocaba el capita-
lismo del siglo XXI constituye una
biblia para los movimientos socia-
les y el anticapitalismo. Anteano-
che, George inauguró en Valencia
el IV Máster en Derechos Huma-
nos, Democracia y Justicia Internacional de la UV. Aquí comienza con
una alerta: «La democracia está en
peligro» ante «el ataque de «la cla-
se de Davos: una clase transnacio-
nal desvinculada de la suerte del
resto de la sociedad y compuesta
por las altas finanzas, las empresas
transnacionales y algunos gobier-
nos que consideran que la demo-
cracia es demasiado lenta».
P Usted denuncia el «austerici-
dio» de Europa.
R Es que la actual política de aus-
teridad, en particular en Grecia y
quién
se gobierna? Porque ésa es la gran
cuestión en democracia. Las cons-
tituciones de Estados Unidos, Francia y me imagino que también la
de España subrayan que el pue-
blo es soberano. Pero con este prin-
cipio de austeridad aprobado por
Europa, ¿se gobierna para la gente
o para los mercados financieros?
P Cree entonces que el pueblo
ya no es soberano...
R El pueblo está deviniendo cada
vez menos soberano. Y con el Tra-
tado de Estabilidad, Coordinación
y Gobernanza de la UE se está ro-
bando no sólo el poder a los ciuda-
danos, sino también a los represen-
tantes de los ciudadanos. Por tanto,
ni tenemos democracia directa, ni
democracia representativa.
P Pero apenas reaccionamos...
R Está el frente de los indignados y
algunos huelguistas. Pero la última
huelga en España no ha tenido éxi-
to. Y pienso que es porque la gen-
te tiene miedo de perder su traba-
jo. Yo comprendo ese miedo, por-
que el miedo es la disciplina de
una sociedad capitalista, que usa
el miedo individual para disciplinar y calmar la población con el
objetivo de que acepte lo que le digan. De hecho, creo que los griegos y los españoles son como ratas
de laboratorio para ver qué nivel
de castigo y sufrimiento puede ser
aceptado por esta sociedad sin
que la gente se rebele. Eso puede
alentar al fascismo.
P ¿Considera que la extrema de-
recha saldrá reforzada?
R Es el paradigma clásico que ya vimos en los años 20 y 30: el poder de la extrema derecha. Pienso que es normal. ¿Hacia dónde se volve- rán las personas sin formación? Mirarán al vecino, al inmigrante que tienen al lado... Desgraciadamente, es una reacción que ya hemos visto y para la que hemos de estar preparados.
Con la crisis, la población es- pañola ha redoblado sus críticas contra los sueldos y privilegios de los políticos. ¿Eso es desviar la atención de lo importante?
R ¡Pero si son los banqueros a los que deberían criticar! La actual cri- sis es la continuación de lo que ocurrió en 2007 y 2008 por culpa de los banqueros y, en España, de la burbuja inmobiliaria, que al final también era culpa de los bancos por dar préstamos imprudentes y alimentar esta burbuja. Sin em- bargo, cuando estalló la burbuja, fue el Estado el que asumió la deuda privada. La deuda pública de Es- paña era muy moderada cuando estalló la crisis. Sin déficit y con el
50 % de deuda pública, cuando se permitía tener hasta el 60 %. ¡Esta- bais perfectos, mejor que Alema- nia! Pero el Estado cargó con la deuda de los bancos. Y ha gastado muchísimo dinero para capitalizar y salvar los mismos bancos que ha- bían causado el problema. Por eso la deuda pública aumentó muy rá- pidamente. Es una respuesta muy larga a la pregunta, pero no es el co- che oficial de los políticos lo im- portante, sino que el Estado go- bierna para los mercados financie- ros y no para el pueblo. Se ha cas- tigado a los inocentes y los culpa- bles han sido recompensados.
P ¿Y, ante ello, qué pueden ha- cer los ciudadanos españoles?
R Unirse. Unirse los estudiantes, los parados, los jubilados, los tra- bajadores, los sindicalistas, los agri- cultores... Todo el mundo ha de unirse contra esta realidad. Porque la clase de Davos, que es la que go- bierna por ellos, está muy unida.
P En Pakistán, una niña que quería estudiar ha sido víctima de un atentado que casi le arran- ca la vida. ¿El mundo está loco? R No, el mundo no está loco. El mundo musulmán de los talibanes es sexista, machista y tiene un mie- do terrible a la mujer, a la sexuali- daddelamujeryalpoderdelamu- jer. Y cuando ellos tienen el poder, lo utilizan para oprimir a las mujeres. Puede llamársele locura, pero responde al interés de los hombres por coartar la sexualidad femenina. P Si Karl Marx resucitara y viera esta Europa, ¿qué pensaría?
R Él pensaría que la guerra de cla- ses está acabando y que los ricos la están ganando. De eso trata mi pró- ximo libro, que publicará Planeta en España en febrero y que se titu- lará El Informe Lugano . Cómo ganar la guerra de clases. El subtítulo procede de una frase de Warren Buffet, la tercera fortuna del mun- do, que escribió: «Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la gue- rra, y la estamos ganando».
P Es cierto.
R ¡Claro! Y por eso hay que unirse
y no dejarse perder. Porque en jue- go está la democracia y todo lo que hemos hecho desde el siglo XVIII. Todo aquello que los europeos he- mos hecho desde el fin de la Se- gunda Guerra Mundial. Todo lo que los españoles han hecho des- de el final del franquismo.
R Es el paradigma clásico que ya vimos en los años 20 y 30: el poder de la extrema derecha. Pienso que es normal. ¿Hacia dónde se volve- rán las personas sin formación? Mirarán al vecino, al inmigrante que tienen al lado... Desgraciadamente, es una reacción que ya hemos visto y para la que hemos de estar preparados.
Con la crisis, la población es- pañola ha redoblado sus críticas contra los sueldos y privilegios de los políticos. ¿Eso es desviar la atención de lo importante?
R ¡Pero si son los banqueros a los que deberían criticar! La actual cri- sis es la continuación de lo que ocurrió en 2007 y 2008 por culpa de los banqueros y, en España, de la burbuja inmobiliaria, que al final también era culpa de los bancos por dar préstamos imprudentes y alimentar esta burbuja. Sin em- bargo, cuando estalló la burbuja, fue el Estado el que asumió la deuda privada. La deuda pública de Es- paña era muy moderada cuando estalló la crisis. Sin déficit y con el
50 % de deuda pública, cuando se permitía tener hasta el 60 %. ¡Esta- bais perfectos, mejor que Alema- nia! Pero el Estado cargó con la deuda de los bancos. Y ha gastado muchísimo dinero para capitalizar y salvar los mismos bancos que ha- bían causado el problema. Por eso la deuda pública aumentó muy rá- pidamente. Es una respuesta muy larga a la pregunta, pero no es el co- che oficial de los políticos lo im- portante, sino que el Estado go- bierna para los mercados financie- ros y no para el pueblo. Se ha cas- tigado a los inocentes y los culpa- bles han sido recompensados.
P ¿Y, ante ello, qué pueden ha- cer los ciudadanos españoles?
R Unirse. Unirse los estudiantes, los parados, los jubilados, los tra- bajadores, los sindicalistas, los agri- cultores... Todo el mundo ha de unirse contra esta realidad. Porque la clase de Davos, que es la que go- bierna por ellos, está muy unida.
P En Pakistán, una niña que quería estudiar ha sido víctima de un atentado que casi le arran- ca la vida. ¿El mundo está loco? R No, el mundo no está loco. El mundo musulmán de los talibanes es sexista, machista y tiene un mie- do terrible a la mujer, a la sexuali- daddelamujeryalpoderdelamu- jer. Y cuando ellos tienen el poder, lo utilizan para oprimir a las mujeres. Puede llamársele locura, pero responde al interés de los hombres por coartar la sexualidad femenina. P Si Karl Marx resucitara y viera esta Europa, ¿qué pensaría?
R Él pensaría que la guerra de cla- ses está acabando y que los ricos la están ganando. De eso trata mi pró- ximo libro, que publicará Planeta en España en febrero y que se titu- lará El Informe Lugano . Cómo ganar la guerra de clases. El subtítulo procede de una frase de Warren Buffet, la tercera fortuna del mun- do, que escribió: «Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la gue- rra, y la estamos ganando».
P Es cierto.
R ¡Claro! Y por eso hay que unirse
y no dejarse perder. Porque en jue- go está la democracia y todo lo que hemos hecho desde el siglo XVIII. Todo aquello que los europeos he- mos hecho desde el fin de la Se- gunda Guerra Mundial. Todo lo que los españoles han hecho des- de el final del franquismo.
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