¿dónde? Sólo en el correo de Andalucía
EL LUGAR DE QUIENES QUIEREN QUE SU OPINIÓN SALGA EN EL PERIÓDICO
Para muestra, un botón. Aquí va el del 19 de febrero de 2013
La utopía se convierte en una obligación moral
Unos socialistas de base descubren un nuevo país bajo los
escombros de España / La gente alucina en Twitter con la animación de
Google para celebrar el aniversario de Copérnico
El diseño con el que Google celebró ayer el aniversario de Copérnico, defensor del heliocentrismo.
Rescata la Política, la última gran esperanza del PSOE y de
los hastiados de la dejadez, la mediocridad, la impotencia, la
degeneración y la corrupción de las grandes siglas, nacía ayer en
internet con el estreno de un blog y la presentación de sus sedes virtuales en Facebook y Twitter. Sus primeras palabras eran estas: No
sé qué país quieres, pero estoy casi seguro de que no es este. Y no sé
qué PSOE quieres, pero estoy casi seguro de que tampoco lo es. Venían con la firma de Ricardo Vera bajo el título de Fabricar esperanza, abonar el cambio,
y con ellas se daba forma gramatical al grito de rebeldía, de optimismo
regenerador y de fe en las ideas y en la democracia que hasta ahora
circulaba con sordina por entre las bases de un partido desolado y
convertido en su propia caricatura. No era casual el post elegido para
la presentación oficial de la gran apuesta cocinada en la Factoría Democrática del emergente líder socialista Antonio Quero; el texto, tras el arranque referido, prosigue así:
El país vive sumido en una profunda depresión. Nos han quitado la
esperanza. Y no hay peor escenario que pensar que el futuro será peor
que el presente tan gris que padecemos. La derecha gobierna con un
descrédito creciente, envuelta en mentiras y corruptelas. Cada día se
agranda la brecha entre ricos y pobres, cada día hay más gente pasándolo
muy mal y cada día se destroza el Estado del Bienestar. Nuestro crédito
como país se agota. Y no hay casi ningún elemento para la esperanza. La
sociedad mira la política con desconfianza y con irritación. Y tiene
motivos.
La
mayor parte de la sociedad no ve en el Partido Socialista una
oportunidad de alternativa, porque su último período de gobierno fue el
prólogo de esta catástrofe. Le piden un cambio que no practica. Hay
muchas personas progresistas en el país decepcionadas, desconfiadas
hacia lo que ofrece el socialismo democrático que se preguntan con cada
propuesta que sale del PSOE “¿por qué ahora y no antes?, ¡a buenas
horas!”
El escenario estremece a cualquiera: una derecha que se revela
incapaz y un socialismo que muchos encuentran ausente. Necesitamos un
revulsivo, un cambio a mejor. Y no podemos dejar escapar el momento.
Como tú, estamos cansados de quejarnos. Como tú, tenemos muchos
motivos para dar la espalda a este sistema vacilante, preso de la
indefinición y el entreguismo. Como tú, tenemos la decepción marcada en
el recuerdo. Como tú, sentimos vergüenza por el estado de nuestro país.
Y, como tú, tenemos ideas y hemos dicho basta. Queremos impulsar cambios
para generar una alternativa creíble, sólida, eficaz y rápida para este
país con nuestro partido (…).
Todo apunta a que esto es imposible. De acuerdo. Por eso, es lo
que hay que hacer. Porque este país te gustaba. Porque este partido era
el tuyo. Y porque tienes que cambiarlos. Y porque, además, lo sabes. Se
acabó el descanso. Tienes que tomar las riendas. Empieza.
Para comprenderlo mejor todo, hay una presentación muy esclarecedora. El Tuitiritero sacaba el asunto a discusión en su página de Facebook,
preguntando a quien quisiera echarle cuenta si eso que acababa de
suceder era lo que la izquierda española llevaba años esperando. Y la
primera aportación era de absoluto descreimiento: Qué vaaaa!!! Hay
demasiados grupúsculos en el seno del Psoe… todos aparecen como “el
mesías prometido” y lo peor es que las redes dan la sensación de
multitud. Lo que no se haga “a mano”, “cuerpo a cuerpo”, convenciendo…
no regenerará, estas iniciativas suelen diluirse en un magma que
persiste dentro, después de montar eventos mediáticos y haber alborotado
un poco (Carmela Gálvez). Pero el propio Antonio Quero apuntaba ayer en Twitter, vía @FactDem, algo que sonaba a amable advertencia: Viento y marea están a nuestro favor, luchamos contra los que no quieren soltar el timón.
Bonito aviso a navegantes. En resumen, y por continuar con el bello
argot de la marinería: A partir de ahora, que cada palo aguante su vela.
Hablando
de aguantar y de palos: a ver si de paso que se regenera el socialismo,
hacen algo también por la comida precocinada, que esto es un sinvivir. –¿Cómo quiere la hamburguesa el señor? –Muy poco hecha. Casi relinchando
(@Petetekin). Sí, hay muchos que se toman a broma todo lo que está
pasando con la carne de caballo, pero cuando se lee que están pringadas
unas cuantas empresas punterísimas del ramo de la alimentación de las de
toda la vida, uno se pregunta si todavía hay alguien que tenga valor de
decir que no compra en los supermercados baratos porque no se fía de
esas marcas tan raras. Total, que las redes estaban ayer revolucionadas, escandalizadas por momentos y muy socarronas por lo general: Nestlé solo tiene que cambiar el nombre a los Tortellini por Trotellini y listos (@yagodon). Martina Klein anunciando el nuevo Nestlé crujiente con caballo (@pedrosdh). Ahora resulta
que la alemana Nestlé hace retirar los artículos con carne de caballo…
¿y no se le hace un boicot como el de los pepinos? (@sindineroporelm). Mi artículo favorito de Nestlé son los Potrocrispis (@BorjaTwist). Acabo de encontrar carne de caballo en mi po… Ya decía yo que este tamaño no era normal (@DeejayNegroo). Carne de caballo, ni tan mal. A mí lo que me espanta son las salchichas de Frankfurt con “carne de ave”, así, sin especificar (@Javiviz). Ajá, restos de caballo entre los lantánidos de la tabla periódica, como sospechaba (@Petetekin). Ojalá
en vez de carne de caballo se hubiese encontrado carne de tiranosaurio,
así por lo menos me alarmaría de manera fundamentada (@Sandra7x). ¡Siete Buitonis vienen de Bonanzaaaa! (@elgatomirararo).
Sí,
queridos amigos: un viejo mundo entero se derrumba y de sus entrañas
nace el nuestro. Un mundito aún pequeño pero prometedor donde las cosas
de la sociedad no giran alrededor de los políticos de toda la vida;
donde las cosas del comer no giran alrededor de las marcas de toda la
vida. Y es curioso que todo esto pueda decirse de un día, el de ayer, en
el que Google sorprendía celebrando los 540 años de Nicolás Copérnico
con un doodle (el chismito ese que ponen) animado que
reproducía el gran hallazgo del científico: que no somos el ombligo de
la creación. Que el universo no baila alrededor de la Tierra en una
especie de alabanza pelota a la grandeza inconmensurable del ser humano,
sino que es nuestro planetita hermoso el que gira, como todos sus
vecinos, alrededor de un sol que el día menos pensado revienta y nos
vamos todos a la porra, sin que se cosque nadie en la galaxia de
Andrómeda. Hoy hace 540 años que nació Nicolás Copérnico, justo los
mismos años que lleva Jordi Hurtado en Saber y ganar. ¿Casualidad? No lo
creo (@jville9). Si no fuera por Google, la peña no tiene ni
puta idea de que hoy es el aniversario del nacimiento de Nicolás
Copérnico. ¡Wikipedia colapsada! (@Majoseltarazona). ¿Alguien sabe dónde comprar discos de Nicolás Copérnico? (@Sergiohere1). O este enternecedor comentario de @NelsonBC1, dirigido al astrónomo: Nicolás Copérnico, deberías levantarte y decirle a más de uno que NO es el centro del universo. Sed grandes, pero humildes. Bien, no es necesario decírselo, porque ya lo hizo cuando escribió: No estoy tan enamorado de mis propias opiniones que ignore lo que los demás puedan pensar de ellas.
Lo cual, evidentemente, es de directa aplicación en calidad de
antibiótico a todo el que lo requiera. Más que en mirarse uno el
ombligo, por bonito que lo tenga, y lamentarse de su infortunio, cabe
entregarse a otros quehaceres más humildes y a la vez más sublimes, como
tener esperanza. La esperanza (dijo Cortázar) le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
Lo otro, rendirse a ver el mundo girar alrededor, sería morir de pena y
de muermo. Y no es lo que queremos. Casi seguro que no.
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