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jueves, 9 de mayo de 2013

Adolfo Arenas Alonso...

Hay  vidas en diferido y hay vidas en directo. Hay historias robadas,  historias contadas e  historias vividas. Hay vidas que son un cuento y hay cuentos que son la vida...
:-Éste es el comienzo de una amistad, un regalo de la vida.
Madrid, 18 de marzo de 2013. 
Hora, 14:00
Lugar: Plaza Mayor



:-¡No aguanto más, ven a socorrerme! 

Atravesé la Plaza Mayor y cuando llegué a la cita.

Ella estaba dispuesta a todo.

:-¡Menos mal que hoy no llueve! Es lo primero que se me ocurrió.
:-¿Nos vamos de compras?
 
:-Vale, pero primero te voy a presentar a Manolete. Dentro de poco se vendrá a vivir a casa y quiero que le conozcas.
:-¿Manolete? ¿quién es Manolete?
:- Éste es Manolete
:- No está mal el chico, pero a mí me gustan más ellas
:- También, son impresionantes.
:- ¿Cuánto costarán? Voy a hacerles una foto para que la vea Santi, si le gustan las compramos.
:- ¿Le preguntamos?
Mientras, él iba colocando sus trabajos. Quito, pongo, subo, bajo, observo... Aquí no, aquí parece que se comenta a sí mismo.Todo tiene que estar perfecto, en su sitio. 
 
 Es un joven guapo, apuesto,  largo y delgado, minucioso y detallista como sus dibujos.Tiene algo especial.  
Parece que por fin lo ha conseguido. Todo esta en orden y nosotras atacamos.
:- Son: Doménico y  el ajuar de María.
:- ¿Cuánto cuestan?
:-¿Eres tú el artista?
:-Son geniales
:- Pues animaros que pronto me voy.
:-¿No eres de aquí?
:-Soy de Sevilla pero me voy a la Toscana. Mientras lo decía miró a la rubia que estaba detrás de la columna y una sonrisa cómplice cruzó sus miradas. Es mi chica, Estefanía.
Nos presentamos, hablamos de arte, de vida,  de sueños... y de pronto la llamada.
:- Santi dice que le gustan, que los compre. Voy a por dinero y vuelvo, no os vayáis.
A nadie dejaban indiferente, sus cuadros atraían, hipnotizaban. Podian gustarte o no, pero eran distintos, personales.
Comercios y Cajeros Automáticos
 Volvimos y ¿dónde están?.
Habían desaparecido.
¿Esa no es Estefanía?

  Ilia les alcan,
 
y se preguntaron quién y por qué les echaba de allí.
 No entendían nada
y se fueron a intercambiar arte y dinero, teléfonos, solidaridad... 
 
Desde entonces Harold les echa de menos, huele sus huellas , llora su ausencia,
y se pregunta ¿dónde están? 
 Si quieres conocer y comprar la obra de Adolfo puedes encontrarle en su página: http://adolfoarenas.blogspot.com.es/

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