Excelentes profesionales, después de más de 36 años en el hospital Ramón
y Cajal de Madrid, se tienen que ir. La Consejería les ha comunicado la
fecha: el 15 de mayo. Somos el Servicio de Aparato Digestivo más
demandado en España por los futuros especialistas. Este año los números
8, 10, 73 y 130 han decidido formarse con nosotros. Hemos perdido cuatro
miembros en los últimos 18 meses y ahora otros cinco. No han sido ni
serán sustituidos. Unidades de referencia en la docencia posgraduada
para Madrid y el resto del país, como la Unidad de Ecografía,
Hospitalización, Endoscopias o Trasplante Hepático quedarán gravemente
afectadas. La investigación se resentirá. La actividad asistencial no
será igual. Las personas verán que no podemos atenderles con la
celeridad que precisan. Se les ofrecerán otros hospitales, privados
probablemente, hasta que su problema, económicamente no rentable, les
devuelva con nosotros. Pero ya no estarán el doctor Blesa, el doctor Gil
Grande, el doctor Hernández Ranz, la doctora Martín Scapa y el doctor
Ruiz del Árbol. Nos enseñaron a amar, respetar y ofrecer lo mejor de
nosotros mismos a los pacientes. Más de 100 especialistas formados en
los últimos 30 años, repartidos por toda España y fuera de nuestras
fronteras, los recordarán con cariño. Nos dejan su vacío. Mientras tanto
nuestras autoridades presumen de nuestros resultados. Será el pasado.
Nuestro futuro es incierto, ya que el sentido común, el menos común de
los sentidos, hace tiempo que abandonó la Consejería de Sanidad de la
Comunidad de Madrid. Asistimos con tristeza cómo nuestra familia,
nuestro servicio, se resquebraja. Adiós, compañeros. Os echaremos de
menos. Permaneceréis en nuestra memoria y en la de muchos pacientes. Los
responsables, lejos del hospital y ajenos a nuestro trabajo diario,
serán olvidados. Vosotros, no.— Miguel García González. Médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo del hospital Ramón y Cajal y 28 médicos más.
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