Antonio Quero. Publicado el
LBNL
Ayer La Razón dedicaba parte de su portada
a Antonio Quero refiriéndose a él como el regenerador del PSOE y
afirmando que había desviado dinero público a un fondo financiero, había
malversado al menos 35.000 euros y había cargado al partido gastos
personales. En dos páginas interiores explicaba con todo lujo de
detalles los pecados de Quero y un columnista comentaba la cuestión sin
ningún acierto. El único era que en un par de ocasiones hacía referencia
a que las acusaciones eran presuntas, aunque lo hiciera en tono
irónico.
Antonio Quero está valorando la posibilidad de demandar al periódico
por tan graves acusaciones. Si no lo hace, siempre se le podrá acusar de
haberlas aceptado tácitamente. Pero claro, es posible que la demanda
chocara contra la libertad de prensa y el margen para la licencia
periodística que nuestra legislación y jurisprudencia amparan. Ojalá sus
asesores legales puedan confirmarle que acusar falsamente de desviar
dinero público, malversar varias decenas de miles de euros y endosar
gastos personales como profesionales, será normalmente sancionado por la
ley.
Estarán conmigo en que si en verdad las acusaciones son falsas,
hacerlas a la ligera debería ser merecedor de sanción, especialmente
dado que el daño al honor, imagen y prestigio, ya está hecho y en gran
medida no podrá ser corregido completamente. Ni siquiera si, como es
posible, La Razón publica en los próximos días algo que recoja la
versión del afectado, algo que no se preocupó siquiera de intentar
recabar antes de sacar su “exclusiva” ayer.
Cabría entender que un periódico sacara a la luz un escándalo grave
que afectara a una persona pública de importancia – por ejemplo, un alto
cargo público – tras haber intentado localizarle sin éxito y optando
por confiar en indicios suficientemente claros. Pero Antonio Quero no
es, de momento, cargo público, la supuesta malversación sería de sólo
35.000 euros y ni siquiera intentaron contactarle.
En fin, pasemos al fondo del asunto. No voy a pretender ser objetivo
pero sí subrayar un par de datos objetivos. No conozco en detalle las
acusaciones ni me interesan demasiado, como tampoco las explicaciones
dadas por Quero (pueden encontrar el expediente y las alegaciones del
afectado aquí). Sí sé
que la gestión de Quero al frente de la agrupación socialista de
Bruselas fue enjuiciada cuando dejó el cargo. Lo fue política, económica
y personalmente. Políticamente fue elevado por sus compañeros a número
dos de la federación socialista europea (el equivalente, salvando las
distancias, a una federación autonómica). En lo personal, fue objeto de
un homenaje y sigue siendo popular y querido. Y en lo económico su
gestión fue refrendada.
Una vez dejó el cargo algunos compañeros instaron un expediente
informativo a propósito de la utilización de un fondo para generar
ingresos que destinar a proyectos sociales. Antonio Quero dio las
explicaciones oportunas después de quejarse de que dicho expediente no
tenía base real sino motivación política para castigarle por no atenerse
a los dictados de Ferraz. El expediente fue objeto de examen por la
asamblea de la agrupación de Bruselas, que lo desestimó por mayoría.
Ya digo que no conozco las acusaciones en detalle y mucho menos su
veracidad pero me sorprendería que si verdaderamente hubiera indicios de
malversación de varias decenas de miles de euros en una agrupación tan
pobretona (esto sí me consta), la asamblea soberana fuera a hacer la
vista gorda.
Cuando Antonio Quero dejó la ejecutiva de la Federación europea,
tanto por ser coherente con su convicción de no acumular cargos como por
su voluntad de tratar de revolucionar el partido desde dentro, en
España, a través primero de la plataforma de militantes “Bases en red”,
que impulsó, y ahora de “Factoría democrática”, la a la sazón Secretaria
General de la agrupación de París, denunció el expediente a Ferraz.
Ignoro si tenía el poder estatutario para ello pero imagino que lo
lógico habría sido que hubiera sido la agrupación de Bruselas, la
directamente afectada y a la que sigue perteneciendo Quero como
militante de base. Pero claro, ya había valorado la cuestión y había
optado, en asamblea soberana, por desestimar las acusaciones.
Cabe añadir, como “nota de color”, que después de enviar el
expediente a Bruselas, la secretaria general de París fue cesada por
Ferraz dada la lamentable situación de esa agrupación, hoy gobernada por
una gestora que trata de sacarla de la crisis.
En todo caso, los órganos competentes de Ferraz no hicieron nada al
respecto. Una explicación es que el partido estaba en periodo
precongresual y no era el momento. Pero tampoco hizo nada después, hasta
hace un par de semanas. Entre medias, Antonio Quero ha empezado a
visitar agrupaciones por toda España para exponer sus ideas y proyectos,
tanto sobre la reforma del funcionamiento interno del partido como
sobre el programa económico que debería proponer de cara a las próximas
elecciones.
No tengo ni idea de quién decidió filtrar la información a La Razón.
Si yo hubiera estado detrás, habría intentado primero con El País o El
Mundo, para que tuviera más impacto. No sé si lo intentaron pero El País
es conocido por su simpatía hacia el aparato de Ferraz y el Mundo por
su entusiasmo a la hora de denunciar y magnificar escándalos. Lo cierto
es que ninguno de los dos publicó nada al respecto. Antes de La Razón yo
había ido a ABC, pero tampoco. Las malas lenguas dicen que la
periodista de La Razón es amiga notoria de Elena Valenciano pero me
cuesta creer que las cosas hayan podido caer tan bajo, tanto por lo que
implicaría de falta de escrúpulos como de sinrazón, porque a la fin y a
la postre, al PSOE no le conviene nada que se publiquen más escándalos
“propios”. Otra opción es que la filtración haya venido de donde los
bebés, pero quiero pensar que la periodista se habría informado un poco
sobre la situación local.
En fin, no sé qué pasará en los próximos días. La ejecutiva de Ferraz
tendrá que tomar una decisión al respecto, espero que después de haber
oído y valorado la versión del afectado aunque no tengo demasiadas
esperanzas sobre esto último. Es posible, por tanto, que Ferraz decida
suspender temporalmente de militancia a Antonio Quero, o incluso
expulsarle del partido. Estoy seguro de que, en tal caso, Quero
recurriría internamente hasta el final, para hacer valer su inocencia,
avalado por la convalidación de su gestión por parte de quien tenía que
hacerlo en su momento. Además, el propio expediente confirma que incluso
en el caso de que hubiera cometido irregularidades, todas fueron
subsanadas a posteriori. Es decir, no se trata sólo de que no haya
habido malversación y de, que en todo caso, la cantidad hubiera sido de
menor cuantía. Es que, además, los inquisidores reconocen que no hubo
ningún daño económico.
En vista de todo lo cual, si finalmente Antonio Quero fuera apartado
del partido, sería muy difícil creer que la reactivación de esta
acusación cuando menos dudosa y de efecto inocuo, no tiene relación
alguna con la voluntad de apartar a un militante que propone cosas
innovadoras que cosechan apoyos crecientes entre los militantes de base y
que, quién sabe, podría llegar a ser un rival incómodo y desde luego
incontrolado por el aparato de cara a las futuras elecciones primarias.
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