Decir bocadillo de calamares en la Plaza Mayor, es decir bocata calamares en La Ideal.
Situado en uno de los arcos de la plaza Mayor,
el paralelo al de la Calle Toledo .
Es un bar pequeño, estrecho y alargado con más sitio al fondo para tomar, un poco más tranquilo,
unas raciones o pinchos a muy buen precio ,
con cervecita fresca bien tirada.
Dobles de cerveza a 1,80€.
Muy recomendables las patatas bravas.
Pero vamos a lo importante.
Lo mejor es comprarlo con la bebida,
una cerveza fría o un buen refresco,
y degustarlo en la Plaza Mayor,
acompañado de una buena charla.
Situado en uno de los arcos de la plaza Mayor,
el paralelo al de la Calle Toledo .
Es un bar pequeño, estrecho y alargado con más sitio al fondo para tomar, un poco más tranquilo,
unas raciones o pinchos a muy buen precio ,
con cervecita fresca bien tirada.
Dobles de cerveza a 1,80€.
Muy recomendables las patatas bravas.
Pero vamos a lo importante.
Los bocatas de calamares, ricos ricos y a 2,70€.
Precio que mantienen y no suben desde hace más de 5 años.
Desde fuera puedes ver todo el proceso,
que realiza Pepe con la precisión del profesional
que maneja su oficio:
aros enharinados y echados a la freidora el tiempo justo
y el pan que los recibe.
Del día y crujiente, abierto hasta cierto punto
y repleto de calamares que cuando lo consigues cerrar hasta sobra pan.
Es ese bocadillo su poquito de grasiento y chicle, porque cualquier calamar que se precie tiene que estirarse, dar de si lo suficiente para dejar ver ese nervio infinito que le sale de los adentros y que cuesta cortar a tiempo.
También su poquito de gomoso, que es como se queda el pan al recibir los calamares echando humo.
¡Ten cuidado! te puedes quemar al primer mordisco.
Unas servilletas, la bebida y a la bolsa de plásticoPrecio que mantienen y no suben desde hace más de 5 años.
Desde fuera puedes ver todo el proceso,
que realiza Pepe con la precisión del profesional
que maneja su oficio:
aros enharinados y echados a la freidora el tiempo justo
y el pan que los recibe.
Del día y crujiente, abierto hasta cierto punto
y repleto de calamares que cuando lo consigues cerrar hasta sobra pan.
Es ese bocadillo su poquito de grasiento y chicle, porque cualquier calamar que se precie tiene que estirarse, dar de si lo suficiente para dejar ver ese nervio infinito que le sale de los adentros y que cuesta cortar a tiempo.
También su poquito de gomoso, que es como se queda el pan al recibir los calamares echando humo.
¡Ten cuidado! te puedes quemar al primer mordisco.
Lo mejor es comprarlo con la bebida,
una cerveza fría o un buen refresco,
y degustarlo en la Plaza Mayor,
acompañado de una buena charla.
Suele estar petao y en hora punta, lo que supone estar apretujaos, espera y colas largas pero ligeras.
No busque ni compares, si lo haces te equivocas.
Si te lo llevas a casa puedes acompañarlo
de unas patatas fritas caseras.
Truco para que sean deliciosas y crujientes…
Cúbrelas, al menos una hora,
en agua fría con sal.
Sécalas bien y
fríelas en aceite humeante y abundante.
MARAVILLOSAS.
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