"No entiendo las furibundas reacciones a suprimir el salario mínimo para algunos trabajadores"
Esperanza Aguirre
Carta abierta a Esperanza Aguire Gil de Biedma, condesa consorte de Bornos y grande de España.
Ilustrísima condesa,
Tal vez para alguien como usted sea difícil de entender por qué hay
tanta gente indignada ante la propuesta de abolir el salario mínimo de
641 euros mensuales. Comprendo su distancia: lleva usted más de tres
décadas montada en un coche oficial, tiene disponible un puesto de
trabajo vitalicio en ese Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid
que usted misma creó (89.000 euros anuales por no hacer gran cosa),
cobraba como presidenta de Madrid más de 9.000 euros mensuales y ahora,
en el sector privado, sin duda supera con creces este salario. Comprendo
que la miseria de un contrato basura le quede muy lejos a usted y a su familia, y no entienda a qué viene este revuelo. Yo se lo explico, señora condesa. Yo se lo explico encantado.
El salario mínimo ya está suprimido en España para muchísimos
trabajadores. No existe para los becarios, esa horda de desamparados que
encadenan un contrato en prácticas tras otro y a los que algunas
empresas piden que se sigan dejando una asignatura sin aprobar en la
carrera para así poder mantener su más que precario puesto de trabajo.
No existe para los autónomos, esos autoexplotados a los que en la
neolengua del PP llaman “emprendedores” y cuyo número se está disparando
en las estadísticas de la Seguridad Social porque cada vez hay menos
trabajo. Tampoco hay salario mínimo para la legión de personas que
malvive en una economía sumergida que en España ronda el 20%. Ni para
las empleadas de hogar, que legalmente pueden trabajar cobrando a partir
de cinco euros a la hora. Haga las cuentas, a ver cuántas jornadas
limpiando baños necesitaría para pagar la calefacción de su casa, ese
palacete en el centro de Madrid que tiene unos techos tan altos que
calentarlos le salía por un pico (que recuerde, este drama, y la ausencia de pagas extras en su sueldo cienmileurista, fueron sus mayores apuros económicos conocidos).
La “reacción furibunda”, señora Aguirre, la provoca también la
ignorancia del gobernador del Banco de España, que receta para el país
una medida milagro que ya existe. Claro que hay trabajadores que cobran
menos del salario mínimo, y no solo por los becarios, autónomos,
empleadas del hogar y sufridores de la economía sumergida. Esos
minijobs, de los que tanto se habla, ya están en nuestra legislación
laboral. Los contratos a tiempo parcial –eso son los minijobs en
Alemania– ya existen y se pueden pagar sueldos por debajo de los 641
euros mensuales. Según explica el propio Ministerio de Empleo, el salario mínimo es para la jornada completa; si se trabaja a tiempo parcial, los 641 euros de miseria se prorratean.
Pero lo que más enoja, señora Aguirre, es que desde el Banco de España – antes con MAFO,
ahora con Linde– se dediquen a vendernos crecepelos para la economía y
opinen de todo menos de su negociado, que está para pocas bromas. En un
país que ha tenido que rescatar a su sector financiero hipotecando a
varias generaciones, que padece un colapso en el crédito que está
ahogando a miles de empresas, que sufre un gravísimo problema con los
desahucios, ¿qué hace el Banco de España dando lecciones en vez de pedir
disculpas?
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