Mi madre acaba de cumplir 93 años.
Las mujeres de su generación han visto en una vida lo que ninguna pudo ver antes y ni siquiera imaginar... un cambio radical debido a los avances tecnológicos que a su vez dieron lugar a cambios sociales .
Pasaron en muy pocos años de lavar en los ríos a meter la ropa en lavadoras. De vivir entre escobas a pasar el aspirador. De fregar de rodillas a pasar la fregona. De usar velo y vestirse de negro a quitarse los sujetadores y ser mujeres en color. De las faldas largas a las mini. De ser posesión de los hombres a ser sujetos de pleno derecho.
De analfabetas a ser mayoría en las universidades. De trabajar como amas de casa a formar parte estadística del paro nacional. De ser usadas sexualmente a decidir su sexualidad. De ser madres por decreto a decidir su maternidad...
Mi madre, como las mujeres que la hemos sucedido, hemos visto estos cambios, conocemos estos avances pero ¿los hemos vivido? ¿Qué nos han dejado vivir?¿Tanto, tanto, para qué? ¿Ha valido la pena?
Yo soy una privilegiada y no sólo he visto y conocido, sino que además he vivido y vivo el lujo de ser mujer. He conseguido mi espacio y he dedicado mi vida a disfrutarlo y ser feliz en mi piel.
Pero sé que lo que yo vivo no es verdad y sé que las mujeres seguimos siendo ciudadanos de segunda a expensas de cómo les vaya a los hombres en cada momento. Ellos son los que siguen regulando nuestras vidas, a decretazo limpio y sin que les tiemble el pulso.
Las mujeres seguimos teniendo un techo de cristal en nuestras vidas que nos impide seguir avanzando. Es un techo imperceptible, una barrera invisible que se interpone cuando creíamos que ya estaba resuelto y que nos pone de nuevo en el punto de partida.
La realidad siempre es una y las leyes son otra...
aborto.
aborto.
2. m. Interrupción del embarazo por causas naturales o deliberadamente provocadas. Puede constituir eventualmente un delito.
Desde que el mundo es mundo, las mujeres han abortado y seguirán haciéndolo a pesar de las amenazas divinas y humanas que han sufrido. Un Estado debe legislar para que las que decidan hacerlo lo hagan en las mejores condiciones posibles. Ante lo inevitable pongamos remedio. Tema resuelto en los países desarrollados de Europa desde hace muchos años, pero no en España.
En nuestra historia más reciente, el código penal de 1941 endureció las penas sobre el aborto con prisión mayor. Eso provocó que muchas mujeres usaran como interrupción del embarazo métodos varios : viaje a Londres, introducir una ramita de perejil en la vagina, jabón, ajo, vinagre, dar saltos, tirarse por una escalera... o ponerse en manos indocumentadas que llevaron a muchas de ellas a morir en el intento. En 1974, la memoria del Fiscal del Tribunal Supremo hablaba de 300.000 abortos en aquel año.
10 años después de la muerte de Franco, el 5 de julio de 1985, se despenalizó el aborto inducido, sólo se permitió en tres supuestos.
El 3 de marzo de 2010 una nueva ley despenaliza el aborto y permite la interrupción del embarazo basada en una decisión libre e informada de la mujer, sin intervención de terceros.
En 2013 Gallardón está gestando una nueva ley sobre el aborto que será mucho más restrictiva que la actual. Ruíz Gallardón piensa que “la libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres”, bien pues yo le diría que “la libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente libres"
Si abortar es de por si un trauma para las mujeres que lo hacen ¿ por qué quieren añadirle más torturas?
¿Todavía no se han enterado que el aborto legal nace contra el aborto clandestino? Legislarlo, junto a una educación preventiva, protege la vida de esas miles de mujeres que no pueden costearse un viaje a un paraíso profiláctico, tipo Londres, al que por cierto han ido muchas de las madres, hermanas, mujeres, amantes, amigas de los escandalizados antiabortistas. Para ellas no existían supuestos, sólo era necesario tener dinero. Una media de 100.000 pesetas en los años 80.
Inglaterra, Holanda, Francia... eran los países más visitados. Se calculan 40.000 mujeres +-, 40.000 privilegiadas, 40.000 abortos anuales en países extranjeros.
Inglaterra, Holanda, Francia... eran los países más visitados. Se calculan 40.000 mujeres +-, 40.000 privilegiadas, 40.000 abortos anuales en países extranjeros.
Y dejen de adjudicarse la exclusividad de palabras como pro-vida o pro-aborto. Nadie quiere un aborto y mujeres que han abortado, muy a su pesar, son mucho más provida que los que tanto lo vociferan. Las mujeres abortan con dolor pero ustedes legislan sin pudor.
Con la que está cayendo ¿por qué no nos dejáis en paz?
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