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miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Quién tiene razón?...

La columna de Almudena Grandes: "La mujer perfecta"
ALMUDENA GRANDES   04-10-2013 - 08:48 CET

Era la mujer perfecta. Por su tenacidad, por su resistencia, por su peluquería, por su maquillaje, por su habilidad para combinar prendas y complementos al entrar en su juzgado como si avanzara por una alfombra roja. Abanderada de una feminidad empachosa, su estética empezó a inquietarme mucho antes que su ética. Una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela el menor signo de cansancio físico a las ocho de la mañana, o no es humana, o no es de fiar.
Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Les prometo que no voy a hablar de los jueces todas las semanas, pero comprenderán que hoy me pregunte, ¿y ahora, qué? La trayectoria previa de Alaya y este nuevo escándalo consolidan la impresión de un estado donde el poder judicial parece directamente sometido a los dictados del gobierno. ¿Se puede llamar a eso democracia? El viernes pasado me acordé de Cicerón. Hoy, recuerdo a Montesquieu. ¿Y el próximo? Al menos, la verdad sobre Alaya reconfortará a las mujeres imperfectas de España, todas esas madres con ojeras que salen de casa sin haber tenido tiempo para peinarse, y se pintan de mala manera en la parada del autobús.


A propósito del artículo de Almudena Grandes, titulado “La mujer perfecta”, sobre la Juez Alaya, publicamos esta carta abierta de una juez, Gemma Vives.                                                                                                                                                                                                                            

A veces una anécdota puede ser reveladora. Zanjo desde ahora el posible debate acerca de la libertad de expresión y derecho a la información, por obvio y trillado. Y lo digo porque paso a responder, a reaccionar o a comentar, como ustedes prefieran, la columna de opinión de Almudena Grandes, a propósito de la juez Alaya, denominada asimismo “la juez de los ERE”.

No está en mi intención rebatirla, Sra. Grandes. Ni posicionarme en un casposo corporativismo. Eso apestaría, y además, si un mal tiene mi colectivo es su división interna y la ausencia de empatía entre nosotros cuando hay que sacar las castañas del fuego. O de la prensa.Ni siquiera pretendo solidarizarme con la maltratada compañera, que a estas alturas del desfile mediático, no lo necesita ya.
Está en mi intención aclararle un par de asuntos, en el bien entendido de que –como periodista profesional- tomará usted nota, si a bien lo tiene.
La confusión de su artículo pasa por haber mezclado dos aspectos que nada tienen que ver el uno con el otro. La juez Mercedes Alaya es mujer. Y la juez Mercedes Alaya es juez. Quiero decir: ella no puede evitar ni una cosa ni la otra. Le viene dado. Como dado le vino el caso que investiga. No elegimos los asuntos que investigamos. Estamos obligados por ley a aceptarlos si proceden del reparto general, de una guardia en particular o de una pieza separada que a su vez puede desembocar en un racimo letal (como le ha sucedido al colega José Castro con lo suyo).
Dicho lo cual, su artículo da para otros tantos artículos. Hay un doble fondo en él. Doble y peligroso. El que se lee y el que se adivina. El ataque inopinado aparentemente se queda en el vestidor de la juez Alaya. Pero dispara contra algo mucho más grave: su independencia. En suma: la juez Alaya es un incordio.
Podría quedarme en el calificativo leído últimamente (a propósito de su columna) de las mujeres machistas y demás. No entraré en ello. Allá cada cual, máxime si es un difusor de opinión en los medios de comunicación, con sus tendencias o creencias. No me entretendré calificando palabras ajenas.
Sin embargo, me llama la atención que usted afirme, rotundamente, que una mujer que cambia cada día de atuendo, hierática, casi cual estatua de sal, sin traslucir estado de ánimo alguno, no es de fiar. Bueno, también allá cada cual con sus cuestiones de confianza.
Veamos, Sra. Grandes. Ahí le ha dado usted con insana puntería a la compañera (que lo es también suya por ser mujer, no lo olvide). Ha sacado usted, creo que premeditadamente, lo de qué modelo de juez (¿jueza?) queremos. Es curioso. Un sencillito repaso a la Constitución la pondrá a usted en órbita. La justicia emana del pueblo soberano. Lo que no detalla la Constitución es que si quien se halla investigando es el juez Castro, el paseíllo diario hacia su juzgado carece de relevancia estética (lo mismo que si sube las escaleras de la Audiencia Nacional el compañero Pablo Ruz y le aseguro que ambos acuden cada día al trabajo) pero si quien arrastra su maletilla de expedientes enormes es una mujer, pongamos por caso, la juez Alaya, la cosa cambia.
Y, de verdad, ¿cambia algo, Sra. Grandes? Pues no. Cambia su percepción. Cambia la cicatería con la que se la escruta y juzga. A ella, a la mujer, y precisamente por ser juez (¿o por ambas cosas?). Entonces, dígame usted qué modelo de juez ad hoc prefiere (cuando quien investiga pertenece al sexo femenino). Deduzco que, entonces, clama usted por una juez que, a su paso, entre micros que la acechan, llore cuando se siente enferma, grite cuando se encuentre desesperada, incluso se rasge las vestiduras (esas que a usted le desagradan tanto) cual folklórica a las puertas de su propio Juzgado. Como en la tele, ¿no? Pan y circo.
Sra. Grandes…un juez (¿una jueza?) es un profesional que ejerce la autoridad del Estado. Huelga decir, aunque usted desconfíe y porfíe, que sentimos, lloramos, nos desesperamos. Tenemos hijos, divorcios, enfermedades y agobios, dolores e incluso vamos de compras. Y esto último nos encanta. ¿Sorprendida?
Le pondré un ejemplo de los fáciles, para no enredar más. Un médico (¿o una médica?)…si llevara entre manos un caso mediático (es decir, el paciente lo es, el médico, no)…. ¿sería juzgado por no mostrar públicamente su ansiedad o cansancio? ¿Le pondrían ustedes en el punto de mira por entrar maqueado (disculpe el vocablo tabernario) y con traje en el Hospital o acaso prefiere un médico con ropa deportiva porque le inspira confianza?
¿Capta lo ridículo del caso? Seguro que sí. Pues ni aún con un ejemplo tan básico, el supuesto no es el mismo. Porque aun cuando el médico y la juez (¿jueza?) son dos profesionales de quienes se espera lo mejor de su conocimiento y virtud, la segunda ejerce en nombre del Estado y el primero no ejerce autoridad estatal alguna. Con lo cual, fíjese qué disparate. Que pudiendo informarse de lo que supone una causa con centenar de imputados y perdí la cuenta de los testigos, se fije una en los vestidos de la juez, en el carrito de la juez y en que, al cabo, la juez no inspira confianza porque no la ven destrozada cuando acude a su trabajo. La verdad es que como artículo de opinión, la cosa no tiene precio.
Titula su artículo “La mujer perfecta”. Y me pregunto qué cosa es la que le ha dado tanta rabia a usted. Acaso ver a la juez infartada o deshecha, ¿cambiaría su parecer? O acaso nos está usted diciendo, a las claras, que los jueces tenemos todos que pasar por el patrón de la España rancia, desgarrada y dramática para inspirar confianza?
Afortunadamente, la colega Alaya, a quien no tengo el placer de conocer, sigue haciendo a diario su entrada (no tiene otra puerta por donde hacerlo, oiga, tampoco es culpa suya) con la máxima dignidad de la que es capaz. Ah…y desde el jueves, con escolta policial. No, no sufra. No le han puesto escolta por si le manchan su vestido de colores. Se la han puesto por si acaso alguien le parte la cara. Esa cara sin gesto que a usted la desasosiega tanto. Y le han asignado escolta no porque el CGPJ, o esa Fiscalía a la que usted alude como garantes de la ley, lo hayan pedido. Lo han pedido sus propios colegas de partido judicial, a quienes, por lo visto, les importa más que Mercedes Alaya salga viva de este trance, que su vestidor. Calculo yo que no debe ser un plato de gusto desayunarte cada día con calificativos como “franquista, pepera, lechera, gorda, fea”.
Confíe, Sra. Grandes. A mi colega, eso, no le hace mella alguna. Duerma tranquila. Me apuesto un vestido (de los buenos) a que no. Pero la marca que le va a quedar tras la exposición pública y el desgaste profesional que lleva en absoluta soledad, asimismo me juego otro vestido (de los baratos) a que le pasarán una alta factura.
La confianza pasa por el trabajo bien hecho, aunque el trabajo de mi colega Alaya pasa por poner al aire las vergüenzas de algunos que, presuntamente, se llevaron dineros de donde y adonde no debían. Créame. Para investigar semejante trama, no hay vestido que te ampare. Ni vestida como La Dolorosa se podría digerir.
Claro, que cabe también que sea esa trama la que a usted le ha dolido.
Yo también soy mujer y juez (¿jueza?) y entro en mi juzgado cada día por la misma puerta. Y, ¿sabe cuál es mi lema? salir llorada de casa, como me decía mi abuela.
Ay…la perfección…dicen que Nietzsche dijo, y dijo bien, La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.
De nada, Sra. Grandes. Estoy convencida que, en realidad, lo que a usted le importa es la independencia judicial y este artículo que escribió solamente era para despistar.


COMENTARIOS...

 La columna de Almudena Grandes: "La mujer perfecta"
  • EJesús 15-10-2013 12:30:49h
    No creo que haya que rasgarse las vestiduras por semejante artículo. Hoy, cualquier motivo, incluso llamar perfeccionista a una persona es motivo de contraataque. ¡Ojala muchos pudiésemos salir, por la mañana, a trabajar en perfecto estado de revista!.
  • 8
    ANA 07-10-2013 14:57:14h
    De vergüenza, así nos va a las mujeres, somos machistas con nosotras mismas, si un hombre sea juez,abogado o lo q sea, va con un traje a medida, nos parece tanto a hombres como mujeres atractivo y normal, pero fan una mujer eso es frívolo y de poco profesional .Cuanta envidia.Pero lo peor de todo esq se pone en duda la calidad de una jueza impecable en su trabajo.QUE MALA ES LA ENVIDIA.
  • 7
    Alberto 05-10-2013 12:58:24h
    Nunca hubiera imaginado de una mujer tan lideresa en temas feministas un ataque tan propio del más retrógrado del machismo cavernícola; si hay una mujer imperfecta, esa es la jueza Ayala, pues el trabajo que lleva a cabo sólo podrían llevarlo a buen puerto, en los tiempos establecidos, la legión de argonautas que viajaron a la Cólquida. La única sospecha recae en la clase gerifalte de este país que se empeña en infradotar a la justicia y en recargarla de minucias legales
  • 6
    Aurelio 05-10-2013 12:53:43h
    Los prejuicios hacia el aspecto exterior de una persona vertidos por la autora de esta columna me resultan vergonzosamente patéticos y trasnochados.
  • 5
    Gabriel 04-10-2013 21:22:46h
    Almudena Grandes manifiesta su complejo de inferioridad y su rabia falsamente contenida contra Alaya. Esto no sólo la deja en ridículo sino que engrandece las virtudes de la juez. El ataque ha sido todo un bumerán para la pseudoescritora que se ha retratado a sí misma.
  • 4
    Mayca 04-10-2013 12:24:49h
    Desconfío por sistema de alguien a quien la estética le denuncia. Nadie puede ser tan estirado sin creer que está en posesión de la verdad.
  • 3
    Luisa 04-10-2013 11:13:55h
    No quiero defender a los que malversan, pero a esta jueza se le está viendo el plumero hace mucho
  • 2
    Félix 04-10-2013 11:10:49h
    Si mi comentario hacia el artículo tiene las características del de la escritora respecto de la Juez, lo publicáis?
  • 1
    Félix 04-10-2013 10:24:40h
    No puedo estar más en desacuerdo con las formas, aludir a la forma de vestir de una Juez para usarlo como crítica es algo que no puedo compartir. ¿Se diría de un hombre? ¿lo diría? ¿feminidad empachosa?. No todo no lo contamina la Política, sin embargo tú tribuna sí, y las otras y las otras



  • Panóptico says:
    Creo que la Sra. Juez (¿o jueza?) como tantas veces nos repite en su articulo, ha entrado “al trapo” y meterse entre dos personas que se enfrascan por el tipo de vestimenta, es poco gratificando y aburrido.
    Las personas que tras una oposición, se les otorga la capacidad de juzgar a otras, sometida su función a importantes limites como son la obligatoriedad de fundamentar sus decisiones y basarlas estrictamente en las Leyes vigentes, solo tienen legitimidad democrática si no caen en el error de juzgar en base a sus propios prejuicios.
    Del articulo de la escritora, lo unico que debio preocuparle y sobre ello responderle -cosa que no hace- es el parrafo donde dice, algo importante y transcendente con la función de la propia Juez Instructora de Sevilla, que seria cuando hace referencia a lo siguiente, que reproduzco literalmente:
    “Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.”
    Los datos son contundentes y podrian explicar el enfado de la escritora y el rifirafe que a consecuencia de este hecho, han mantenido -a traves de resoluciones judiciales- la Juez Alaya, los Fiscales del caso y la Fiscal Jefe.
    El Caso “Mercasevilla” tiene su origen en Enero de 2009, cuando dos empresarios grabaron el intento de cobrar por parte de los dirigentes de este empresa municipal, una parte de la subvención que se concedio por la Junta a una Fundación (Mercasevila). Los empresarios de este restaurante, acuden a la Junta y esta les dice que lleven la cinta grabada -cuando le piden la mordida- a la Fiscalia, cosa que efectuan y se inician las Diligencias Penales, en las que se persona como Acusacion el Sr. Zoido (no como Alcalde, ni representante del PP, sino como particular). El caso recae en el Juzgado Instruccion 6 (Ayala) y resulta que el marido de la Juez, habia trabajado años atras con la contabilidad de Mercasevilla, por ello plantean su Recusacion y es confirmada por Auto de 09-02-2010.
    Durante la instrucción, la Juez Alaya detecta varios asuntos turbios (piezas separadas) uno respecto a la compra de unos terrenos en una Oferta Publica, donde se le adjudica al que ofrece “menos precio” y para ello, participan varios Empresarios Constructores (entre ellos los hermanos de la Ministra) ofreciendo un valor, pero al parecer y este es el objeto de lo investigado, estaban todos previamente de acuerdo, es decir todo estaba “ya guisado”.
    La Sentencia del cohecho inicial, es de 06-11-2012 (AP Sevilla ante Jurado) y fue apelada y confirmada por el TSJA (12-06-2013), en fin no se comprende como teniendo tantos datos y desde hace tanto tiempo resulte que no se ha podido llamar a declarar en primera imputación a “parte” de los empresarios confabulados.
    En fin, aqui esta el meollo
  • Panóptico says:
    Como supongo de importancia -dado el gran numero de participantes que tuvo el post- el importante Auto de la Juez de Instrucción 6 de Sevilla (Sra. Alaya) en el que imputo -sin imputar- a la anterior Ministra Sra. Magdalena Alvarez y esta formulo Apelacion (su Abogado es el Catedratico D. Horario Oliva) ante la Audiencia de Sevilla y mañana sera una noticia importante, dado que esta Sala que es la que “revisa durante la instruccion” (ya contaminada y por ello sin posibilidad de juzgar) su actuacion procesal, pongo el link del Auto de 25 de Octubre de 2013, por el que se acuerda ANULAR el anterior Auto de -levisima imputacion- precisamente por falta de motivacion y vulneracion del art. 118 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Se supone que igual suerte, correran los posteriores Autos en los que se imputa a los Ex Presidentes Chaves, Griñan, etc., puesto que estos fueron recurridos ademas por el Mº Fiscal.
    Ver el importante Auto de 25-10-2013 (SAP7 y Ponencia del Magistrado D. Javier Gonzalez Fernandez) aqui:
    http://media.grupojoly.com//0001455000/0001455359.pdf
    Saludos a todos y buen fin de semana.
  • Juan Manuel Llerena Hualde says:
    Hace años conocí y traté un poco, pero suficientemente, a Juan Goytisolo Gay . Y tuve ocasión de comprobar que por ser uno de los mejores mejores novelistas del siglo pasado y del actual, sus opiniones sobre política u otros temas, no eran más acertadas que las del resto de los mortales. Sin embargo, los periodistas en general y el diario “El Pais” en particular, trataban sus artículos y opiniones como provenientes del oráculo de Delfos.
    Del mismo modo, hay mujeres que por haber destacado en algún campo de interés mediático, se constituyen en depositarias de las esencias del feminismo aparentemente más progresista, y se permiten el lujo de excomulgar a otras mujeres que no les gustan, sea por motivos honestos, o por otros menos confesables, uno de ellos habitualmente, el de la pura y simple envidia. Y si eres hombre, por el solo hecho de serlo, tus juicios y opiniones están automáticamente
    Por si hubiera alguna duda, me refiero a Almudena Grandes
    Nota: La juez Alaya padece de migraña crónica, que se trata con inyecciones repetidas de botox en la cabeza. Tal vez esa sea una explicación sencilla de una expresión hierática. Por lo demás, cada vez que voy a los juzgados, veo muchas abogadas y procuradoras tan maqueadas o más que la jueza sevillana.
    Saludos desde Almería
  • aldelgadog says:
    Si por una parte el “artículo” de Almudena Grandes es tonto, por decir algo, y de otra la respuesta yerra en la intención, porque Almudena Grandes no es “periodista profesional”, sino novelista, la cuestión verdaderamente importante es por qué se les dedica una entrada y no se hace un post técnico sobre el auto de ayer de la sección séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla revocando la imputación de Magdalena Álvarez.
  • Manu Oquendo says:
    Decía mi suegra que el modelo patriarcal era una creación femenina tras el descubrimiento del arado y la perfidia de ciertas nueras.
    Pero, hombre, ahora hay tractores para arar y no hacen falta brazos fornidos para mover el implemento.
    La señora Grandes debe estar bastante arrepentida de su artículo.
    Por muchas cosas. Por su insidia sin pruebas, por su oportunista retraso –de 4 años– si piensa de verdad lo que dice y por su simpleza.
    Todos tenemos alguna responsabilidad sobre este estado de cosas y ni siquiera hemos comenzado a descubrir el tamaño de la corrupción real.
    Los trajes de Camps dieron para 6 años de titulares y ,mientras tanto los cientos de millones durmiendo el sueño de los justos.
    Ver a Almudena Grandes actuar de freno es un poquito…demasiado.
  • FBR says:
    Es un lástima que se derramen tantas letras por un asunto baladí. Tanto por parte de la escritora como la juez-autora de este post.
    La Sra. Alaya es cierto que tiene una presencia llamativa, eso es evidente (al menos para mí y para muchos más que conozco), pero eso no puede ser objeto de debate. No creo que nadie pueda recusarla por ello. La Sra. Grandes se permite “atacar” eso para descalificarla. Aunque yo piense que es más bien una licencia literaria producto de su deformación profesional, también pienso que no tiene sitio en una artículo “periodístico”; otra cosa sería en una novela.
    El caso es que, como siempre, los implicados y sus seguidores, marean la perdiz con estos detalles nimios. Siguen la máxima de presentar a la persona como alguien de quien desconfiar, cosa que no se aplican a sí mismos. Pretenden una pseudorecusación pública de la juez, basada en sus apariencia, o en los tiempos de sus autos, o en lo que sea, cuando para ellos asumir cualquiera de sus responsabilidades políticas exigen auto firme emitido por el más alto tribunal. Sería hasta gracioso si el resultado no fuera tan dramático.
    Yo no confío en la “pureza” de la Juez Alaya; sobre todo por el asunto de Mercasevilla. Pero mientras sus medidas sean ajustadas a derecho me dan igual las fechas de sus autos y la coincidencia con el calendario político de los implicados, los vestidos que se ponga, el perfume que use o que acuda al juzgado taconeando.
    Y la autora de este post creo que ha perdido el tiempo dando una contestación que no se merecía.
  • Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado says:
    Los posts “técnicos” sobre el culebrón de los ERES de Andalucía llevan un poquito de tiempo, recuerden que no somos un periódico ni tenemos más medios que los de la colaboración desinteresada de quienes escriben aquí. Mientras tanto, discrepo con los comentaristas que consideran que el tema de hoy es un asunto “menor”. El artículo de la sra Grandes es una descalificación “ad hominem” en toda regla, de una Juez que instruye un caso de corrupción generalizada de la Junta de Andalucía en la que siempre ha gobernado el PSOE. Esto le molesta a la sra Grandes y a otras personas como ella, qué se le va a hacer. Seguro que no le molesta en cambio el Juez Ruz, que instruye el caso de corrupción generalizada del PP. Si no empezamos a hablar todos claro contra la corrupción, venga de donde venga, y somos más tolerantes con la de “los nuestros” que con la de los contrarios, lo mejor callarse y no hablar contra la corrupción porque se carece de credibilidad. Y si encima se denigra en un artículo penoso -nada menos que por su aspecto físico- a los Jueces valientes que se atreven a ir contra el “establishment”, con lo que eso cuesta, creo que hay que dar una respuesta. Creo que esto es lo que queda claro en a carta de hoy, que no hablamos de vestidos, hablamos de independencia judicial.
  • KC says:
    A mí lo que me parece más curioso es que Grandes se fije en cómo visten otros cuando normalmente ella “pertenece” a un ámbito que se las da de lo contrario. Juzgar por las apariencias es algo muy común en un segmento de la población que no se supone que sea el suyo (que nadie se enfade, sé perfectamente lo que digo; y la verdad es que si hay alguien que no lo entiende me la trae al pairo). Es por eso que no estuvo muy afortunada Grandes en relacionar vestimentas y “ser de fiar”, porque, como digo, al que se le ocurre tal relación es bastante corto de luces, por no decir otra cosa bastante más grave. Pero no caiga usted en el cinismo, señora Vives, que quienes juzgan por la vestimenta suelen ser “otros”, y no me refiero precisamente a juzgadores profesionales. Obviamente un juzgador profesional no caería en ese tipo de relaciones chapuceras, erróneas desde el origen de la conjetura y obviamente causadas por un tipo de ignorancia bastante supina y bastante extendida (sobre esto habrá que escribir algún día un ensayo filosófico), Sinceramente, envidia tengo de otros países en las que no se fijan en este tipo de gilipolleces (no se me ocurre otro adjetivo, la verdad).
    Por otro lado, lo que yo no me explico, y esto sí me interesa más que el tema de la vestimenta, es cómo en un Estado “creíble” el jurado tenga que resolver cuestiones con trasfondo político. ¿Esta es la ciencia jurídica española? ¿Estamos tontos? ¿O más bien somos tontos? ¿O quizás sólo aparentemente?
    ¿Podría algún jurista explicarme por qué es el Tribunal del Jurado, y no uno profesional, el que resuelve estos casos con trasfondo político? Si ya de por sí el jurado me parece una aberración absoluta, en casos con este tipo de trasfondo directamente me parece…. vamos a decir surrealista para que nadie me censure. Pero la verdad es que diría otra cosa y creo que la describiría mejor.
    A ver si alguien me puede iluminar, que es una cuestión que me inquieta.
  • d29582 says:
    Con el desconocimiento de quien escribió el post original y de la juez que ha respondido lo único que puedo decir es que me ha parecido una buena respuesta de la segunda. Aquí se refleja la realidad de una españa rancia que en la defensa de los suyos, y a falta de mejores argumentos, lo que hacen es atacar a quien tiene la osadía de juzgarlos. La estrategia es clara, tú difama tú difama que algo queda. Saludos y enhorabuena, una vez más, por el bloc
  • Isidro Elhabi says:
    Muy recomendable y valiente artículo de la juez. Totalmente de acuerdo con Elisa y con Ignacio Gomá. El artículo de Grandes era un ataque ad hominen con grandes prejuicios y basado en cuestiones tan baladí como la apariencia física. El artículo de la novelista no se trata nada más y nada menos que el mismo grito de esos sindicalistas manifestándose en la puerta del juzgado gritando “fea” a Alaya. Almudena Grandes no es distinta a esos sindicalistas vociferantes, maleducados y fascistas, cuyo mejor insulto que se les ocurre es llamarla “fea”. Grandes hace lo mismo pero con la pluma, sólo que la llama demasiado guapa, y para ella eso no es de fiar, quizás por pura envidia, o quizás por intereses propios o de quien le paga, pues está claro que la belleza de esta juez es indubitada.
    Se trata de un arma más para desprestigiar a una juez que está investigando uno de los casos más importantes de corrupción de la historia de la democracia, y siempre es sabido por cualquier abogado, que no hay mejor arma que atacar al juez, desprestigiarle, para así intentar desprestigiar sus actuaciones.
    Ciertos comentarios anteriores censuran que una juez defienda a una compañera, que conteste a un artículo insultante de una escritora. Esas opiniones sólo reflejan una cosa, quieren un poder judicial no sólo totalmente atado, sino también amordazado. Esa es la postura que quiere implantar el Ministro Gallardón. Me cuesta creer en las casualidades, igual que me cuesta creer que haya quien censure una respuesta de una juez por un artículo por el simple hecho de responder, coincidiendo con una propuesta sobre la mesa de reforma del artículo 45.3 de la LOPJ: “Los Jueces y las Asociaciones Judiciales se abstendrán de hacer valoraciones de actualidad en los medios de comunicación sobre los asuntos pendientes ante los Tribunales y sobre las resoluciones judiciales, si bien aquéllos podrán hacer comentarios de índole doctrinal o científica en publicaciones o foros especializados”.
    http://www.publico.es/451394/los-expertos-de-gallardon-proponen-dejar-sin-voz-ni-dinero-a-las-asociaciones-de-jueces
    Como decía Teniente Kaffee hace tiempo, imaginen que un juez ponen los puntos sobre las íes sobre la pobre calidad de una ley, imaginen que los jueces critican la falta de capacidad política de llegar a acuerdos para poner soluciones que demanda la sociedad, imaginen que los jueces cuestionan una institución anticonstitucional como nuestro actual indulto, o que contestan a ciertas críticas mendaces diciendo la verdad. ¿Contestar, criticar? ¿Dónde vamos a llegar? No puede ser. ¿Qué será lo próximo, elegir su órgano de gobierno, gestionarse su presupuesto? ¿Se creen de verdad un poder o qué? Es inaceptable. Que la legitimidad democrática sólo es nuestra, de los partidos, vamos. El poder somos nosotros y punto. Los jueces han de estar calladitos y atados y bien atados. Que son un blanco fácil de atacar porque no nos pueden responder ni defenderse. Se echa la culpa a los jueces, la gente se indigna con la justicia y nuestra papel inmaculado. Vaya que resulte que nos contesten estos listillos y nos dejen con las vergüenzas al aire.
    http://www.eldiario.es/zonacritica/mordaza-transicion-historia-anonimato_6_77052302.html
    Libertad de expresión, toma ya. ¿Cómo se atreve esta juez a hablar?
    Valiente esta jueza. Y la guapa también.
  • Luisa says:
    Los puntos más críticos, aparte de las prescripciones producidas a que se ha hecho referencia, son:
    -Da la impresión de que se evita costa elevar la causa al Tribunal Supremo, como si se quisiera retener la competencia a toda costa. Esto no es edificante, y la A.P. de Sevilla le ha recordado que en relación con Magdalena Álvarez tiene que inhibirse ya.
    -Las actuaciones, no de la juez, sino de la Policía, al detener y trasladar en furgón celular a personas que tranquilamente deberían haber sido citadas para que compareciesen “motu proprio”, sin la lamentable alharaca garzonista a que hemos asistido.
    Las esposas, furgones policiales y detenciones domiciliarias nos retrotraen a los peores años de la posguerra franquista, o incluso de los inquisitoriales autos de fe.
    Es preciso un cambio de actitud de la Policía, que no sé si actuó o no con conocimiento del órgano judicial.
  • Excelente respuesta. La invito Sra. Vives a que, con su demostrada contundencia, lo que no esconde la finura del análisis, me/nos explique, sin tener en cuenta, para nada, ni la cara ni la vestimenta de los involucrados, cuál es la conducta de sus colegas que, imagino, han jurado respetar esa misma Constitución que a Vd. le merece, con razón, esa razonada consideración. Por favor, no me venga a decir que ahí están los recursos; sería muy cruel por su parte si tiene la paciencia de leerse todo el rollo; o una estupidez. Ya sabe en donde me tiene. No dudo de que me contestará.
    Un cordial saludo y gracias.
    Eugenio de la Cuesta Gutiérrez

    http://constituquerella.blogspot.com.es/
    • Josef K. says:
      Sr. Eugenio, es usted (somos) muy ingenuos. Los jueces son los únicos profesionales que no pagan por sus errores; bueno, sólo algunos, los que ellos quieren, claro. Cuando cualquier profesional (medico, ingeniero, arquitecto, abogado, notario, registrador, cualquier ciudadano) comete un error (aunque sea involuntario) paga por ello, como debe de ser, y ahí están los jueces implacables para embargar vidas, honores y haciendas. En fin, que le voy a contar…
  • Emilio says:
    Sin entrar en el fondo de la cuestión me llama la atención que nadie haya reparado en este párrafo:
    Veamos, Sra. Grandes. Ahí le ha dado usted con insana puntería a la compañera (que lo es también suya por ser mujer, no lo olvide)
    ¿De verdad la sra. Grandes y la sra. Alaya son compañeras por compartir el mismo sexo? ¿Qué ha sido de la ciudadanía? ¿Tan lejos llega el género?
  • Amigo Josef K. Gracias por el comentario con el que, básicamente, estoy de acuerdo. Pero me temo que en este caso no se trata de un error,sino de una actuación delictiva: ES UNA PREVARICACIÓN COMO LA COPA DE UN PINO.
    Naturalmente, también sé que eso entra dentro de lo que los jueces pueden hacer sin consecuencias. Llamo su atención a que tres de los implicados en mi caso CONDENAN a Garzón por prevariacador utilizando los !!mismos argumentos!!.
    Un cordial saludo.
  • Tutto Nero says:
    Por qué todos los que apoyan a la jueza protagonista del artículo de Almudena, sólo se van a las ramas de dicho artículo y no a la idea central. Sólo tienen que responder si es cierto o no que ¨ La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.”. Simplemente, a todos los que quisieron mostrar con sus comentarios que escriben bien, repito, simplemente, ES ESTO CIERTO O NO? Simplemente ( porque quiero redundar) ES CIERTO LO DE LOS HERMANOS DE LA MINISTRA? Miren que sencillo todo!.
    • Pepe Martín says:
      Esa es exactamente la cuestión, lo de los trajes es sólo fuegos artificiales, para desviar la atención, es tomar el rábano por las hojas. ¿La Juez ALAYA ha retrasado premeditadamente la instrucción del caso Mercasevilla?, a la vista de los resultados todo parece indicar que sí, dos señoritos se han ido de rositas. No es la primera vez, ¿alguién se acuerda de los ALBERTOS?, después de robar resulta que la causa había prescrito, que casualidad.
      Eso sí duro a los pringaos de los SINDICATOS que no se escape ni uno, ¿a qué para estos no prescribe la causa?.
      Sra GEMMA la juez ALAYA que se vista como le de la real gana, lo que importa es lo que no dice,
  • Justicia, que sea y que lo parezca says:
    El asunto es más resumible. La Justicia ha dado sobradas y vergonzosas pruebas de asqueroso tinglado. El caso Garzón (una repugnante comedia de dimensión planetaria) es un ejemplo. Simplemente, todo ese mundillo que la gente de a pie detesta, es un maldito cuento del que, para más inri, depende vida y hacienda.
    Y ese cuento depende de quién lo escriba. De ahí que sea tan decisivo (ahí está el Gobierno PP colocando sin tregua a todos sus peones en la “Justicia”) quién es el “juez/jueza” (hijo/hija de su camada, masivamente cavernaria) que se ponga a componer eso que se han inventado como “verdad judicial”, para no dar cuenta de sus flagrantes injusticias delictivas. Por eso, coincido con Almudena Grandes en su desconfianza hacia la tal Alaya, una de las que consideran que su “trabajito” (que, por otra parte, ya ha alarmado hasta a sus propios socios del tinglado) es cosa de dioses/as y, por eso, debe estar apartado de la vista de los mortales. Este cuento es requeteviejo. En tiempos de la “democracia franquista” los familiares de todos estos socios del tinglado ya nos lo repetían a todas horas : “Hay que respetar a la Justicia”. ¡¡Si lo sabrá Trillo y el resto de la camada negra!!
  • Panóptico says:
    Pues nada la Sra Juez[a] no se ha dignado a contestar a ninguno de contertulios. Pese a ser jurista en activo y doctora en derecho y profesora, resulta que sobre la “peculiar instruccion” de su compi -que es la verdadera noticia- de eso nada tiene que decir, solo respecto profesional y discreción.
    Nos quedara la “duda” si ella, alguna vez si esta en Instrucción ha dictado prolijos autos imputando delitos a altas autoridades publicas -sin motivar- como dice la SAP de Sevilla en el Auto de 25-10-2013 (Caso de la Ministra Magdalena Alvarez) si emplea en su juzgado, el antiguo metodo de ordenar detener simultaneamente a muchos imputados y tenerles “esperando su turno” hasta altas horas de la madrugada (Caso de un Abogado y su mujer tambien Abogada) como le ocurriera en su dia a algunos Notarios en Marbella, si hace “coincidir” su calendario procesal de la instruccion con el calendario politico, en fin esas son las cuestiones que nos preocupan, mas que el numero de vestidos distintos que parece poseer y su estilo o el tiempo que tiene y que bien lo compagina para ir de compras y seguir al dia en la instrucción, en fin estos asuntos no creo que nos preocupen, puesto que el resto de los Jueces y Abogados van igual de bien vestidos y no es noticiable, pero como instruyen los casos, eso si que es relevante. Recordar como otras Magistradas que instruyeron el Caso del “Acido Borico” [Gemma Gallego] y la que instruyo el conocido Incendio de Guadalajara -entre otros- resulta que despues fueron -casualmente y solo digo que casualmente- recompensados o elevados a mejores destinos como Vocales ante el CGPJ hoy cesante.
    El tiempo nos dira, si esta Magistrada es despues “premiada” por los que deciden quienes de los Magistrados se pasaran al Organo de Gobierno o bien a otros puestos mejores (tribunales internacionales, ministerios, etc) ya que del resultado de “su instruccion” por ahora el balance esta en la condena a varios dirigentes de Mercasevilla y a un sinfin de autoridades intermedias (Delegados de Empleo) y muchas personas anonimas que se han visto incluidas en un ERE, pero no se ha probado conexion alguna con un partido politico concreto o el Gobierno Autonomico.
    En todo caso, apoyo sin fisuras su trabajo para que estos sinverguenzas devuelvan hasta el ultimo euro, pero no comprendo como -desde el principio- ella ya ha visto, una alta conexion politica al mas alto nivel y sin embargo, no eleva acusacion concreta contra persona concreta, salvo muchas denuncias politicas en los medios.
    En fin que la Sra Juez, nos podia dar su punto de vista “procesal” con los datos publicados, igual que hace con el fondo de armario, que sinceramente poco o nada me preocupa, salvo que debe ser un poco incomodo trabajar de tal guisa todos los dias, pues una cosa es ir de fiesta o a una boda y otra ir a impartir justicia en instruccion.


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