La columna de Almudena Grandes: "La mujer perfecta"
Era la mujer perfecta. Por su tenacidad, por su resistencia, por su
peluquería, por su maquillaje, por su habilidad para combinar prendas y
complementos al entrar en su juzgado como si avanzara por una alfombra
roja. Abanderada de una feminidad empachosa, su estética empezó a inquietarme mucho antes que su ética.
Una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela
el menor signo de cansancio físico a las ocho de la mañana, o no es
humana, o no es de fiar.
Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya
no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una
dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Les prometo que no voy a hablar de los jueces todas las semanas, pero comprenderán que hoy me pregunte, ¿y ahora, qué?
La trayectoria previa de Alaya y este nuevo escándalo consolidan la
impresión de un estado donde el poder judicial parece directamente
sometido a los dictados del gobierno. ¿Se puede llamar a eso democracia?
El viernes pasado me acordé de Cicerón. Hoy, recuerdo a Montesquieu.
¿Y el próximo? Al menos, la verdad sobre Alaya reconfortará a las
mujeres imperfectas de España, todas esas madres con ojeras que salen de
casa sin haber tenido tiempo para peinarse, y se pintan de mala manera
en la parada del autobús.
26 octubre, 2013 | Por Administración de Justicia | Crisis de valores en
A propósito del artículo de Almudena Grandes, titulado “La mujer perfecta”,
sobre la Juez Alaya, publicamos esta carta abierta de una juez, Gemma
Vives.
A veces una anécdota puede
ser reveladora. Zanjo desde ahora el posible debate acerca de la
libertad de expresión y derecho a la información, por obvio y trillado. Y
lo digo porque paso a responder, a reaccionar o a comentar, como
ustedes prefieran, la columna de opinión de Almudena Grandes, a
propósito de la juez Alaya, denominada asimismo “la juez de los ERE”.
No está en mi intención rebatirla, Sra.
Grandes. Ni posicionarme en un casposo corporativismo. Eso apestaría, y
además, si un mal tiene mi colectivo es su división interna y la
ausencia de empatía entre nosotros cuando hay que sacar las castañas del
fuego. O de la prensa.Ni siquiera pretendo solidarizarme con la
maltratada compañera, que a estas alturas del desfile mediático, no lo
necesita ya.
Está en mi intención aclararle un par de
asuntos, en el bien entendido de que –como periodista profesional-
tomará usted nota, si a bien lo tiene.
La confusión de su artículo pasa por
haber mezclado dos aspectos que nada tienen que ver el uno con el otro.
La juez Mercedes Alaya es mujer. Y la juez Mercedes Alaya es juez.
Quiero decir: ella no puede evitar ni una cosa ni la otra. Le viene
dado. Como dado le vino el caso que investiga. No elegimos los asuntos
que investigamos. Estamos obligados por ley a aceptarlos si proceden del
reparto general, de una guardia en particular o de una pieza separada
que a su vez puede desembocar en un racimo letal (como le ha sucedido al
colega José Castro con lo suyo).
Dicho lo cual, su artículo da para otros
tantos artículos. Hay un doble fondo en él. Doble y peligroso. El que
se lee y el que se adivina. El ataque inopinado aparentemente se queda
en el vestidor de la juez Alaya. Pero dispara contra algo mucho más
grave: su independencia. En suma: la juez Alaya es un incordio.
Podría quedarme en el calificativo leído
últimamente (a propósito de su columna) de las mujeres machistas y
demás. No entraré en ello. Allá cada cual, máxime si es un difusor de
opinión en los medios de comunicación, con sus tendencias o creencias.
No me entretendré calificando palabras ajenas.
Sin embargo, me llama la atención que
usted afirme, rotundamente, que una mujer que cambia cada día de
atuendo, hierática, casi cual estatua de sal, sin traslucir estado de
ánimo alguno, no es de fiar. Bueno, también allá cada cual con sus
cuestiones de confianza.
Veamos, Sra. Grandes. Ahí le ha dado
usted con insana puntería a la compañera (que lo es también suya por ser
mujer, no lo olvide). Ha sacado usted, creo que premeditadamente, lo de
qué modelo de juez (¿jueza?) queremos. Es curioso. Un sencillito repaso
a la Constitución la pondrá a usted en órbita. La justicia emana del
pueblo soberano. Lo que no detalla la Constitución es que si quien se
halla investigando es el juez Castro, el paseíllo diario hacia su
juzgado carece de relevancia estética (lo mismo que si sube las
escaleras de la Audiencia Nacional el compañero Pablo Ruz y le aseguro
que ambos acuden cada día al trabajo) pero si quien arrastra su
maletilla de expedientes enormes es una mujer, pongamos por caso, la
juez Alaya, la cosa cambia.
Y, de verdad, ¿cambia algo, Sra.
Grandes? Pues no. Cambia su percepción. Cambia la cicatería con la que
se la escruta y juzga. A ella, a la mujer, y precisamente por ser juez
(¿o por ambas cosas?). Entonces, dígame usted qué modelo de juez ad hoc
prefiere (cuando quien investiga pertenece al sexo femenino). Deduzco
que, entonces, clama usted por una juez que, a su paso, entre micros que
la acechan, llore cuando se siente enferma, grite cuando se encuentre
desesperada, incluso se rasge las vestiduras (esas que a usted le
desagradan tanto) cual folklórica a las puertas de su propio Juzgado.
Como en la tele, ¿no? Pan y circo.
Sra. Grandes…un juez (¿una jueza?) es un
profesional que ejerce la autoridad del Estado. Huelga decir, aunque
usted desconfíe y porfíe, que sentimos, lloramos, nos desesperamos.
Tenemos hijos, divorcios, enfermedades y agobios, dolores e incluso
vamos de compras. Y esto último nos encanta. ¿Sorprendida?
Le pondré un ejemplo de los fáciles,
para no enredar más. Un médico (¿o una médica?)…si llevara entre manos
un caso mediático (es decir, el paciente lo es, el médico, no)…. ¿sería
juzgado por no mostrar públicamente su ansiedad o cansancio? ¿Le
pondrían ustedes en el punto de mira por entrar maqueado (disculpe
el vocablo tabernario) y con traje en el Hospital o acaso prefiere un
médico con ropa deportiva porque le inspira confianza?
¿Capta lo ridículo del caso? Seguro que
sí. Pues ni aún con un ejemplo tan básico, el supuesto no es el mismo.
Porque aun cuando el médico y la juez (¿jueza?) son dos profesionales de
quienes se espera lo mejor de su conocimiento y virtud, la segunda
ejerce en nombre del Estado y el primero no ejerce autoridad estatal
alguna. Con lo cual, fíjese qué disparate. Que pudiendo informarse de lo
que supone una causa con centenar de imputados y perdí la cuenta de los
testigos, se fije una en los vestidos de la juez, en el carrito de la
juez y en que, al cabo, la juez no inspira confianza porque no la ven
destrozada cuando acude a su trabajo. La verdad es que como artículo de
opinión, la cosa no tiene precio.
Titula su artículo “La mujer perfecta”. Y
me pregunto qué cosa es la que le ha dado tanta rabia a usted. Acaso
ver a la juez infartada o deshecha, ¿cambiaría su parecer? O acaso nos
está usted diciendo, a las claras, que los jueces tenemos todos que
pasar por el patrón de la España rancia, desgarrada y dramática para
inspirar confianza?
Afortunadamente, la colega Alaya, a
quien no tengo el placer de conocer, sigue haciendo a diario su entrada
(no tiene otra puerta por donde hacerlo, oiga, tampoco es culpa suya)
con la máxima dignidad de la que es capaz. Ah…y desde el jueves, con
escolta policial. No, no sufra. No le han puesto escolta por si le
manchan su vestido de colores. Se la han puesto por si acaso alguien le
parte la cara. Esa cara sin gesto que a usted la desasosiega tanto. Y le
han asignado escolta no porque el CGPJ, o esa Fiscalía a la que usted
alude como garantes de la ley, lo hayan pedido. Lo han pedido sus
propios colegas de partido judicial, a quienes, por lo visto, les
importa más que Mercedes Alaya salga viva de este trance, que su
vestidor. Calculo yo que no debe ser un plato de gusto desayunarte cada
día con calificativos como “franquista, pepera, lechera, gorda, fea”.
Confíe, Sra. Grandes. A mi colega, eso,
no le hace mella alguna. Duerma tranquila. Me apuesto un vestido (de los
buenos) a que no. Pero la marca que le va a quedar tras la exposición
pública y el desgaste profesional que lleva en absoluta soledad,
asimismo me juego otro vestido (de los baratos) a que le pasarán una
alta factura.
La confianza pasa por el trabajo bien
hecho, aunque el trabajo de mi colega Alaya pasa por poner al aire las
vergüenzas de algunos que, presuntamente, se llevaron dineros de donde y
adonde no debían. Créame. Para investigar semejante trama, no hay
vestido que te ampare. Ni vestida como La Dolorosa se podría digerir.
Claro, que cabe también que sea esa trama la que a usted le ha dolido.
Yo también soy mujer y juez (¿jueza?) y
entro en mi juzgado cada día por la misma puerta. Y, ¿sabe cuál es mi
lema? salir llorada de casa, como me decía mi abuela.
Ay…la perfección…dicen que Nietzsche dijo, y dijo bien, La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.
De nada, Sra. Grandes. Estoy convencida
que, en realidad, lo que a usted le importa es la independencia judicial
y este artículo que escribió solamente era para despistar.
COMENTARIOS...
La columna de Almudena Grandes: "La mujer perfecta"
- No creo que haya que rasgarse las vestiduras por semejante artículo.
Hoy, cualquier motivo, incluso llamar perfeccionista a una persona es
motivo de contraataque. ¡Ojala muchos pudiésemos salir, por la mañana, a
trabajar en perfecto estado de revista!.
-
De vergüenza, así nos va a las mujeres, somos machistas con nosotras
mismas, si un hombre sea juez,abogado o lo q sea, va con un traje a
medida, nos parece tanto a hombres como mujeres atractivo y normal, pero
fan una mujer eso es frívolo y de poco profesional .Cuanta envidia.Pero
lo peor de todo esq se pone en duda la calidad de una jueza impecable
en su trabajo.QUE MALA ES LA ENVIDIA.
-
Nunca hubiera imaginado de una mujer tan lideresa en temas feministas
un ataque tan propio del más retrógrado del machismo cavernícola; si
hay una mujer imperfecta, esa es la jueza Ayala, pues el trabajo que
lleva a cabo sólo podrían llevarlo a buen puerto, en los tiempos
establecidos, la legión de argonautas que viajaron a la Cólquida. La
única sospecha recae en la clase gerifalte de este país que se empeña en
infradotar a la justicia y en recargarla de minucias legales
-
Los prejuicios hacia el aspecto exterior de una persona vertidos por
la autora de esta columna me resultan vergonzosamente patéticos y
trasnochados.
-
Almudena Grandes manifiesta su complejo de inferioridad y su rabia
falsamente contenida contra Alaya. Esto no sólo la deja en ridículo sino
que engrandece las virtudes de la juez. El ataque ha sido todo un
bumerán para la pseudoescritora que se ha retratado a sí misma.
-
Desconfío por sistema de alguien a quien la estética le denuncia.
Nadie puede ser tan estirado sin creer que está en posesión de la
verdad.
-
No quiero defender a los que malversan, pero a esta jueza se le está viendo el plumero hace mucho
-
Si mi comentario hacia el artículo tiene las características del de la escritora respecto de la Juez, lo publicáis?
-
No puedo estar más en desacuerdo con las formas, aludir a la forma de
vestir de una Juez para usarlo como crítica es algo que no puedo
compartir. ¿Se diría de un hombre? ¿lo diría? ¿feminidad empachosa?. No
todo no lo contamina la Política, sin embargo tú tribuna sí, y las otras
y las otras
Las personas que tras una oposición, se les otorga la capacidad de juzgar a otras, sometida su función a importantes limites como son la obligatoriedad de fundamentar sus decisiones y basarlas estrictamente en las Leyes vigentes, solo tienen legitimidad democrática si no caen en el error de juzgar en base a sus propios prejuicios.
Del articulo de la escritora, lo unico que debio preocuparle y sobre ello responderle -cosa que no hace- es el parrafo donde dice, algo importante y transcendente con la función de la propia Juez Instructora de Sevilla, que seria cuando hace referencia a lo siguiente, que reproduzco literalmente:
“Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.”
Los datos son contundentes y podrian explicar el enfado de la escritora y el rifirafe que a consecuencia de este hecho, han mantenido -a traves de resoluciones judiciales- la Juez Alaya, los Fiscales del caso y la Fiscal Jefe.
El Caso “Mercasevilla” tiene su origen en Enero de 2009, cuando dos empresarios grabaron el intento de cobrar por parte de los dirigentes de este empresa municipal, una parte de la subvención que se concedio por la Junta a una Fundación (Mercasevila). Los empresarios de este restaurante, acuden a la Junta y esta les dice que lleven la cinta grabada -cuando le piden la mordida- a la Fiscalia, cosa que efectuan y se inician las Diligencias Penales, en las que se persona como Acusacion el Sr. Zoido (no como Alcalde, ni representante del PP, sino como particular). El caso recae en el Juzgado Instruccion 6 (Ayala) y resulta que el marido de la Juez, habia trabajado años atras con la contabilidad de Mercasevilla, por ello plantean su Recusacion y es confirmada por Auto de 09-02-2010.
Durante la instrucción, la Juez Alaya detecta varios asuntos turbios (piezas separadas) uno respecto a la compra de unos terrenos en una Oferta Publica, donde se le adjudica al que ofrece “menos precio” y para ello, participan varios Empresarios Constructores (entre ellos los hermanos de la Ministra) ofreciendo un valor, pero al parecer y este es el objeto de lo investigado, estaban todos previamente de acuerdo, es decir todo estaba “ya guisado”.
La Sentencia del cohecho inicial, es de 06-11-2012 (AP Sevilla ante Jurado) y fue apelada y confirmada por el TSJA (12-06-2013), en fin no se comprende como teniendo tantos datos y desde hace tanto tiempo resulte que no se ha podido llamar a declarar en primera imputación a “parte” de los empresarios confabulados.
En fin, aqui esta el meollo
Ver el importante Auto de 25-10-2013 (SAP7 y Ponencia del Magistrado D. Javier Gonzalez Fernandez) aqui: http://media.grupojoly.com//0001455000/0001455359.pdf
Saludos a todos y buen fin de semana.
Del mismo modo, hay mujeres que por haber destacado en algún campo de interés mediático, se constituyen en depositarias de las esencias del feminismo aparentemente más progresista, y se permiten el lujo de excomulgar a otras mujeres que no les gustan, sea por motivos honestos, o por otros menos confesables, uno de ellos habitualmente, el de la pura y simple envidia. Y si eres hombre, por el solo hecho de serlo, tus juicios y opiniones están automáticamente
Por si hubiera alguna duda, me refiero a Almudena Grandes
Nota: La juez Alaya padece de migraña crónica, que se trata con inyecciones repetidas de botox en la cabeza. Tal vez esa sea una explicación sencilla de una expresión hierática. Por lo demás, cada vez que voy a los juzgados, veo muchas abogadas y procuradoras tan maqueadas o más que la jueza sevillana.
Saludos desde Almería
Pero, hombre, ahora hay tractores para arar y no hacen falta brazos fornidos para mover el implemento.
La señora Grandes debe estar bastante arrepentida de su artículo.
Por muchas cosas. Por su insidia sin pruebas, por su oportunista retraso –de 4 años– si piensa de verdad lo que dice y por su simpleza.
Todos tenemos alguna responsabilidad sobre este estado de cosas y ni siquiera hemos comenzado a descubrir el tamaño de la corrupción real.
Los trajes de Camps dieron para 6 años de titulares y ,mientras tanto los cientos de millones durmiendo el sueño de los justos.
Ver a Almudena Grandes actuar de freno es un poquito…demasiado.
La Sra. Alaya es cierto que tiene una presencia llamativa, eso es evidente (al menos para mí y para muchos más que conozco), pero eso no puede ser objeto de debate. No creo que nadie pueda recusarla por ello. La Sra. Grandes se permite “atacar” eso para descalificarla. Aunque yo piense que es más bien una licencia literaria producto de su deformación profesional, también pienso que no tiene sitio en una artículo “periodístico”; otra cosa sería en una novela.
El caso es que, como siempre, los implicados y sus seguidores, marean la perdiz con estos detalles nimios. Siguen la máxima de presentar a la persona como alguien de quien desconfiar, cosa que no se aplican a sí mismos. Pretenden una pseudorecusación pública de la juez, basada en sus apariencia, o en los tiempos de sus autos, o en lo que sea, cuando para ellos asumir cualquiera de sus responsabilidades políticas exigen auto firme emitido por el más alto tribunal. Sería hasta gracioso si el resultado no fuera tan dramático.
Yo no confío en la “pureza” de la Juez Alaya; sobre todo por el asunto de Mercasevilla. Pero mientras sus medidas sean ajustadas a derecho me dan igual las fechas de sus autos y la coincidencia con el calendario político de los implicados, los vestidos que se ponga, el perfume que use o que acuda al juzgado taconeando.
Y la autora de este post creo que ha perdido el tiempo dando una contestación que no se merecía.
Por otro lado, lo que yo no me explico, y esto sí me interesa más que el tema de la vestimenta, es cómo en un Estado “creíble” el jurado tenga que resolver cuestiones con trasfondo político. ¿Esta es la ciencia jurídica española? ¿Estamos tontos? ¿O más bien somos tontos? ¿O quizás sólo aparentemente?
¿Podría algún jurista explicarme por qué es el Tribunal del Jurado, y no uno profesional, el que resuelve estos casos con trasfondo político? Si ya de por sí el jurado me parece una aberración absoluta, en casos con este tipo de trasfondo directamente me parece…. vamos a decir surrealista para que nadie me censure. Pero la verdad es que diría otra cosa y creo que la describiría mejor.
A ver si alguien me puede iluminar, que es una cuestión que me inquieta.
Se trata de un arma más para desprestigiar a una juez que está investigando uno de los casos más importantes de corrupción de la historia de la democracia, y siempre es sabido por cualquier abogado, que no hay mejor arma que atacar al juez, desprestigiarle, para así intentar desprestigiar sus actuaciones.
Ciertos comentarios anteriores censuran que una juez defienda a una compañera, que conteste a un artículo insultante de una escritora. Esas opiniones sólo reflejan una cosa, quieren un poder judicial no sólo totalmente atado, sino también amordazado. Esa es la postura que quiere implantar el Ministro Gallardón. Me cuesta creer en las casualidades, igual que me cuesta creer que haya quien censure una respuesta de una juez por un artículo por el simple hecho de responder, coincidiendo con una propuesta sobre la mesa de reforma del artículo 45.3 de la LOPJ: “Los Jueces y las Asociaciones Judiciales se abstendrán de hacer valoraciones de actualidad en los medios de comunicación sobre los asuntos pendientes ante los Tribunales y sobre las resoluciones judiciales, si bien aquéllos podrán hacer comentarios de índole doctrinal o científica en publicaciones o foros especializados”.
http://www.publico.es/451394/los-expertos-de-gallardon-proponen-dejar-sin-voz-ni-dinero-a-las-asociaciones-de-jueces
Como decía Teniente Kaffee hace tiempo, imaginen que un juez ponen los puntos sobre las íes sobre la pobre calidad de una ley, imaginen que los jueces critican la falta de capacidad política de llegar a acuerdos para poner soluciones que demanda la sociedad, imaginen que los jueces cuestionan una institución anticonstitucional como nuestro actual indulto, o que contestan a ciertas críticas mendaces diciendo la verdad. ¿Contestar, criticar? ¿Dónde vamos a llegar? No puede ser. ¿Qué será lo próximo, elegir su órgano de gobierno, gestionarse su presupuesto? ¿Se creen de verdad un poder o qué? Es inaceptable. Que la legitimidad democrática sólo es nuestra, de los partidos, vamos. El poder somos nosotros y punto. Los jueces han de estar calladitos y atados y bien atados. Que son un blanco fácil de atacar porque no nos pueden responder ni defenderse. Se echa la culpa a los jueces, la gente se indigna con la justicia y nuestra papel inmaculado. Vaya que resulte que nos contesten estos listillos y nos dejen con las vergüenzas al aire.
http://www.eldiario.es/zonacritica/mordaza-transicion-historia-anonimato_6_77052302.html
Libertad de expresión, toma ya. ¿Cómo se atreve esta juez a hablar?
Valiente esta jueza. Y la guapa también.
-Da la impresión de que se evita costa elevar la causa al Tribunal Supremo, como si se quisiera retener la competencia a toda costa. Esto no es edificante, y la A.P. de Sevilla le ha recordado que en relación con Magdalena Álvarez tiene que inhibirse ya.
-Las actuaciones, no de la juez, sino de la Policía, al detener y trasladar en furgón celular a personas que tranquilamente deberían haber sido citadas para que compareciesen “motu proprio”, sin la lamentable alharaca garzonista a que hemos asistido.
Las esposas, furgones policiales y detenciones domiciliarias nos retrotraen a los peores años de la posguerra franquista, o incluso de los inquisitoriales autos de fe.
Es preciso un cambio de actitud de la Policía, que no sé si actuó o no con conocimiento del órgano judicial.
Un cordial saludo y gracias.
Eugenio de la Cuesta Gutiérrez
http://constituquerella.blogspot.com.es/
Veamos, Sra. Grandes. Ahí le ha dado usted con insana puntería a la compañera (que lo es también suya por ser mujer, no lo olvide)
¿De verdad la sra. Grandes y la sra. Alaya son compañeras por compartir el mismo sexo? ¿Qué ha sido de la ciudadanía? ¿Tan lejos llega el género?
Naturalmente, también sé que eso entra dentro de lo que los jueces pueden hacer sin consecuencias. Llamo su atención a que tres de los implicados en mi caso CONDENAN a Garzón por prevariacador utilizando los !!mismos argumentos!!.
Un cordial saludo.
Eso sí duro a los pringaos de los SINDICATOS que no se escape ni uno, ¿a qué para estos no prescribe la causa?.
Sra GEMMA la juez ALAYA que se vista como le de la real gana, lo que importa es lo que no dice,
Y ese cuento depende de quién lo escriba. De ahí que sea tan decisivo (ahí está el Gobierno PP colocando sin tregua a todos sus peones en la “Justicia”) quién es el “juez/jueza” (hijo/hija de su camada, masivamente cavernaria) que se ponga a componer eso que se han inventado como “verdad judicial”, para no dar cuenta de sus flagrantes injusticias delictivas. Por eso, coincido con Almudena Grandes en su desconfianza hacia la tal Alaya, una de las que consideran que su “trabajito” (que, por otra parte, ya ha alarmado hasta a sus propios socios del tinglado) es cosa de dioses/as y, por eso, debe estar apartado de la vista de los mortales. Este cuento es requeteviejo. En tiempos de la “democracia franquista” los familiares de todos estos socios del tinglado ya nos lo repetían a todas horas : “Hay que respetar a la Justicia”. ¡¡Si lo sabrá Trillo y el resto de la camada negra!!
Nos quedara la “duda” si ella, alguna vez si esta en Instrucción ha dictado prolijos autos imputando delitos a altas autoridades publicas -sin motivar- como dice la SAP de Sevilla en el Auto de 25-10-2013 (Caso de la Ministra Magdalena Alvarez) si emplea en su juzgado, el antiguo metodo de ordenar detener simultaneamente a muchos imputados y tenerles “esperando su turno” hasta altas horas de la madrugada (Caso de un Abogado y su mujer tambien Abogada) como le ocurriera en su dia a algunos Notarios en Marbella, si hace “coincidir” su calendario procesal de la instruccion con el calendario politico, en fin esas son las cuestiones que nos preocupan, mas que el numero de vestidos distintos que parece poseer y su estilo o el tiempo que tiene y que bien lo compagina para ir de compras y seguir al dia en la instrucción, en fin estos asuntos no creo que nos preocupen, puesto que el resto de los Jueces y Abogados van igual de bien vestidos y no es noticiable, pero como instruyen los casos, eso si que es relevante. Recordar como otras Magistradas que instruyeron el Caso del “Acido Borico” [Gemma Gallego] y la que instruyo el conocido Incendio de Guadalajara -entre otros- resulta que despues fueron -casualmente y solo digo que casualmente- recompensados o elevados a mejores destinos como Vocales ante el CGPJ hoy cesante.
El tiempo nos dira, si esta Magistrada es despues “premiada” por los que deciden quienes de los Magistrados se pasaran al Organo de Gobierno o bien a otros puestos mejores (tribunales internacionales, ministerios, etc) ya que del resultado de “su instruccion” por ahora el balance esta en la condena a varios dirigentes de Mercasevilla y a un sinfin de autoridades intermedias (Delegados de Empleo) y muchas personas anonimas que se han visto incluidas en un ERE, pero no se ha probado conexion alguna con un partido politico concreto o el Gobierno Autonomico.
En todo caso, apoyo sin fisuras su trabajo para que estos sinverguenzas devuelvan hasta el ultimo euro, pero no comprendo como -desde el principio- ella ya ha visto, una alta conexion politica al mas alto nivel y sin embargo, no eleva acusacion concreta contra persona concreta, salvo muchas denuncias politicas en los medios.
En fin que la Sra Juez, nos podia dar su punto de vista “procesal” con los datos publicados, igual que hace con el fondo de armario, que sinceramente poco o nada me preocupa, salvo que debe ser un poco incomodo trabajar de tal guisa todos los dias, pues una cosa es ir de fiesta o a una boda y otra ir a impartir justicia en instruccion.