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miércoles, 2 de octubre de 2013

Edurne Uriarte: Barbie Complementos, se retrata...

 
19-10-2012
La esposa tertuliana: Edurne Uriarte defiende a su marido Wert en la tele de los obispos
 
28-11-2012
Wert y Edurne Uriarte rompen su relación
Ministro y colaboradora de FAES se dan un tiempo, si bien mantienen una "muy buena relación".

 http://www.elplural.com/wp-content/uploads/gomendiodentro.jpg
5-06-2013
Wert cambia a la tertuliana Uriarte por la mujer más rica del Gobierno
Su secretaria de Estado, Montserrat Gomendio, ha presentado ya su demanda de divorcio mientras comparte vacaciones con el ministro


Edurne Uriarte, periodista y politóloga
07-09-2013
¡Mi bolso!, por Edurne Uriarte
Una experiencia vivida hace unos días me ha llevado a concluir que estoy atravesando una época de un enorme equilibrio espiritual. Sin necesidad de un psicólogo que me lo certifique, porque he tenido una prueba contundente: mi reacción al horror de que un camarero arrojara ¡una copa entera de vino! encima de mi último bolso Gucci. Recalco lo de último porque como tal último es el más querido y lo de Gucci por lo que me había costado. Y ni así me alteré. Bien es verdad que se trataba de vino blanco y creía recordar que el blanco no manchaba y bien es verdad también que el camarero era muy guapo, datos ambos que explican parte de mi extraña respuesta. 

Pero ni una cosa ni la otra restan valor a lo extraordinario de mi calmada actitud, a que no me inmutara siquiera al observar los enormes chorros de vino que caían por encima de mi Gucci. Un espanto capaz de alterarme en cualquier otro momento. Y es que entre las tonterías materiales que me pueden irritar, y admito, por supuesto, que estamos hablando de pequeñeces, los accidentes de mis bolsos ocupan uno de los primeros lugares, más o menos empatados con los cafés que no están ardiendo, tal como lo especifico siempre. Lo que demuestra que pertenezco a ese amplio grupo de mujeres apasionadas de los bolsos que debe de ser comparable, supongo, al de los hombres amantes de los coches. Con la diferencia de que lo de los coches me cuesta un poco más entenderlo y lo de los bolsos hace que sienta un poco de compasión por los hombres, por lo complicado que es para ellos llevarlos, a no ser que seas gay y puedas hacerlo sin que te miren mal. 

Pertenezco es ese grupo de mujeres que una amiga mía llama Barbie Complementos. Y lo asumimos encantadas, nos divertimos siendo Barbies Complementos, no lo vamos a negar, aunque a veces nos critiquen por ello. Piensan algunos que esa pasión por los bolsos debe de tener algo que ver con la exhibición de estatus, como lo de los coches y los hombres, lo de la presunción de poder a través del coche, de su marca y de sus caballos. Puede que sí, que haya algo de eso. 

Pero yo le doy más importancia, mucha más, al simple placer de la belleza, a que algunos bolsos son pequeños objetos de increíble diseño y hermosura que puedes contemplar a lo largo de todo el día, y que, a diferencia de la ropa que llevas puesta, dejas encima de una silla y de una mesa y admiras, yo lo hago, mientras te tomas un café. Un pequeño objeto que disfrutas mientras lo tocas y revuelves en su interior y que mantiene intacta su belleza durante años. Y dejas encima del sofá o de una cómoda cuando llegas a casa, y su belleza, piensas, compite con un jarrón o con una escultura. 

Supongo que se trata del mismo placer que siente un amigo mío, que me enseña las fotografías de la colección de coches antiguos que tiene la suerte de conducir de vez en cuando. Los mira con tanta veneración como yo a mi Gucci, que, quiero tranquilizar a todas las Barbies Complementos, sigue impecable, porque, en efecto, el vino blanco no mancha.


 01/10/2013 
El escándalo de los rojos contra Gucci también da una idea de las claves ideológicas en las que se mueve este tipo de izquierda
LOS rojos, es decir, el sector más cerril de la izquierda, me han montado un escándalo en Twitter. ¿Por alguna opinión política? ¿Por el apoyo a alguna iniciativa política o social? No, nada de eso. Lo rojos en cuestión se han escandalizado porque he hablado de un bolso Gucci en un artículo publicado en Mujer Hoy, la revista de moda de este periódico. Que es algo así como que los rojos le monten un escándalo a un columnista político por hablar de su visita al restaurante Arzak en una revista de gastronomía, o a otro por contar un viaje a California en una revista de viajes, o a otro por relatar su desplazamiento a Estambul para ver al Madrid contra el Galatasaray en una revista de deportes.
Cosa que los rojos no hacen, sobre todo si los columnistas en cuestión, los que van al Arzak, a California, o a Estambul a ver un partido son de izquierdas. Y porque el gasto en restaurantes caros, viajes y fútbol les parece muy bien, aunque doble o triplique el coste de mi bolso Gucci, y es que, en los códigos de la izquierda cerril, Gucci es un símbolo del capitalismo opresor de la derecha, mientras que la gastronomía, los viajes o el fútbol forman parte del capitalismo opresor que ellos mismos practican. Lo que da una idea, sobre todo, de un problema del que ya hemos hablado algunos en estas páginas. De la lamentable degeneración de Twitter y de su dominio por parte de la izquierda radical y del populismo. Degradación intelectual que lo hace crecientemente inservible para el periodismo y degradación ideológica que lo aleja de los espacios de debate ideológicos atractivos para el conjunto de los ciudadanos.
Pero el escándalo de los rojos contra Gucci también da una idea de las claves ideológicas en las que se mueve este tipo de izquierda. Sobre todo, la uniformizadora e intolerante, con esos tics de antiguos totalitarismos comunistas que no pueden superar. Y que me hacen pensar en uno de los factores que me alejaron de la izquierda de mis orígenes, aquella intolerancia de algunos de sus sectores, el feminista, por ejemplo, contra las mujeres interesadas por la estética y la moda. Y que aún pervive en el sector cerril, como demuestra la guerra de los bolsos que protagonizó en 2007 una ministra del anterior Gobierno laborista británico contra una compañera. La tal ministra, Harriet Harman, recriminó en el Parlamento a Hazel Blears, presidenta del partido, el uso de un bolso «demasiado caro». Blears, demostrando que hay también una izquierda que cree en la libertad, le replicó: «No concierne al Estado o a un partido el decirnos cómo podemos gastarnos el dinero que hemos ganado con el sudor de nuestra frente».
El problema es que la otra izquierda, la de Harman, es muy fuerte. Harman es la misma ministra que elaboró en 2009 una lista de las 16 mujeres británicas más influyentes del siglo XX… y ¡excluyó a Margaret Thatcher! Así se las gastan los rojos que se movilizan contra los bolsos Gucci.

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